martes, 20 de octubre de 2009

Directo


He tocado de costado, en algunas de las historias que he contado, a mi amigo el Tano. Vivía a la vuelta de mi casa, íbamos a la misma escuela y compartíamos el barrio. Este breve artículo no indagará en la vida personal del Tano ni en la familia, sólo tengo para decir que la mamá estaba más buena que comer pollo con la mano; pero todos nos hacíamos los boludos, el Tano era capaz de matarte a golpes de sólo pensar que te pajeabas pensando en la vieja.

Bueno, bruto como era, el pobre Tano tenía su arrastre con las minas pero la cagaba cuando hablaba. Para él todo era blanco o negro. Un día lo agarramos con el Cabezón y le dimos un curso acelerado de romanticismo.

-Mirá, tano, a las minas les gusta el romanticismo, no vayas a los bifes de entrada. Decile que tiene lindos ojos, que te gusta su perfume, que lo que más te gusta en el mundo es caminar con ella de la mano, elogiale el peinado, la ropa.

-Sí, Tano, tampoco te mandes a manosearle las tetas a los dos segundos; el primer beso no es de lengua, tano, no seas bruto; el primer beso es suave, un saludo dulce, un gesto que apenas anuncie que después hay más, entendés?

-Pero cómo hago, boludo? Yo me bajo del colectivo ya embergado, siempre llevo algún libro para taparme; el otro día llevé un libro de inglés de mi hermano, yo no entiendo un soto de inglés. Ah, leés inglés?, me preguntó ella. La concha de su madre. Le dije que estaba estudiando, menos mal que cuando agarró el libro no llegó a rozarme la garcha si no explotaba.

-Sos un animal, Tano. Cuando vayas en el bondi pensá en otra cosa, pensá en el colegio, en el negocio de tu viejo, en cualquier boludez. Disfrutá con ella otras cosas, vas a ver que también es lindo.


* * *


Años después me encontré con quien era la novia del Tano en ese momento. Hablamos y recordamos montones de cosas, hasta que llegamos a la relación con el Tano, y lo que me contó no tiene desperdicio, acá va algo de lo que me acuerdo.


-Me gusta la pollera que tenés, te queda linda (...) si se me para la garcha así, no quiero ni pensar cuando te la saques


-Dónde compraste esa remera? Se te marcan bien los pezones


-Sos tan dulce que si no pienso en otra cosa acabo en seco


-Hoy quiero que estemos bien, no todo es sexo, salgamos a caminar, vamos al cine, y después me la chupás un ratito, nada más


El Tano era incorregible.