lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Y los bodegones?

Hasta hace unos años, todavía existían. Eran esos lugares malolientes, que parecían roñosos pero no lo eran, donde el mozo se limpiaba las manos en la chaqueta blanca, a la altura de la panza. El último que recuerdo quedaba en la calle Chacabuco, casi Belgrano, quizás todavía esté, no lo sé. Los choripanes al paso, los panchos y el jugo de naranja en la calle Florida fueron terminando con estos lugares. El más increíble que recuerdo, llamado obviamente "La gota de grasa", como tantos otros por el estilo, quedaba en la calle Bolívar, entre Belgrano y Moreno, si mal no recuerdo. Tenía todo y no tenía nada, eran dos locales en uno; de un lado una especie de almacén con verdulería, del otro algunas mesas que simulaban una cafetería. Recuerdo estar tomando un dudoso café, con la incertidumbre de no saber qué iba a encontrar en el fondo del pocillo una vez terminado el brebaje, cuando vi retozando entre las papas y las batatas a un par de ratas del tamaño de Chilavert, más o menos. Eran parte del paisaje, las ratitas, en esa zona de la capital; aun hoy uno las puede ver cruzar la calle sin mirar para los dos lados, las muy distraídas, y aun así nacen más que las que se mueren, y dentro de unos años no va a faltar la rata macho, bien atrevida, que se coja a un bagarto, confundiéndola andá a saber con qué otro bicho, y se dé finalmente nacimiento a un nuevo ser mitad humano mitad rata. O nos fundimos con las ratas o con las cucarachas, no tenemos mucha salida. Pero el tema es que extraño los bodegones. Mirá lo que me pasó el otro día: estaba apurado, quería comer en un lugar barato, algo rapidito y liviano, e irme rápido a casa a hacerme la paja. Paro en un cruce de dos importantes avenidas, bien ubicado el lugar, y veo tenedor libre a 20 mangos. Esto es lo que buscaba, nada de mozos pegajosos en busca de propina, nada de manteca con pan antes de morfar, ni oporto ni nada de esas boludeces que te dan para relajarte el estómago. Trato de entrar y una vieja que fumaba en la puerta me desalentaba: "no sé, no abren, fíjese si algún mozo le quiere abrir". Adentro se veía gente, estaba lleno en realidad, pero mozos no se veían. Tras un par de minutos un flaco con un plato nos abre al grito de "yo les abro, pero este lugar es una mierda, hace una hora que estoy esperando". Ya iban dos que me alertaban, pero hice caso omiso. Esperamos unos minutos, no aparecía nadie, hasta que divisamos una mesa vacía. Nos sentamos. Otra espera, hasta que al final optamos ganar tiempo levantando los platos sucios, los cubiertos y los vasos, y los pasamos a otra mesa que también se habían olvidado de levantar. A las cansadas cae una moza, agradable gordita por cuya zanja circulaba algo parecido a las cataratas del Iguazú de tanto correr de acá para allá. Nos pide disculpas y pone un mantel. Pasamos a servirnos las ensaldas y todas esas boludeces. Yo, hombre previsor, opté por servirme todas cosas se comían con la mano. Sabia decisión, pues tuvimos que esperar que terminaran de lavar algunos cubiertos para poder usar humanamente un tenedor. Algunos de los comensales que me acompañaban optaron por pedir pastas (era parrilla y pasta libre). Error!!! Tras 45 minutos de espera trajeron un plato grande como la ensaladera de la copa davis pero con tres sorrentinos adentro!!!! A esa altura yo había teminado de comer algunas cosas quemadas de la parrilla y medio kilo de tomates para llenar un poco la panza. Conté por lo menos 3 mesas de gente que entró, esperó 15 o 20 minutos, se levantó y se fue, sin que nadie del boliche se enterara nunca que estaban perdiendo clientes. Allá a las cansadas escuché detrás de mí a una mina que le dice al otro mozo (eran dos) que hacía media hora que estaba esperando en la parrilla sin que nadie la atendiera. Así es: el solícito parrillero que minutos antes te ponía pedazos de carne y achuras quemados en el plato había desaparecido sin dejar rastros. El mozo lo llamaba, pero no lo encontró, así que optó por ponerse a servir él en la parrilla y dejando, una vez más, el salón a la buena de Dios y de la gordita que a esta altura la simpatía no le alcanzaba para soportar las miradas asesinas de muchos comensales. En fin, pagué barato, como si fuera un bodegón, pero comí para el reverendo orto. En "La gota de grasa" de Bolívar, por 20 mangos, me morfaba uno de crudo, tomate y queso con la cucaracha ya muerta, lista para consumir o descartar, y un tinto y soda, y me quedaba vuelto para llevar unas galletitas al laburo. Por eso extraño los bodegones con la mugre a flor de piel, donde las ratas te cebaban mate, y no estos lugares en los que encima te tenés que parar para servirte vos. Al final, todo era mejor antes.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Un hogar para Peralta

Sabemos que en el mundo existe una reserva moral. Si son muchos o pocos, no lo sé; sólo sé que existe esa reserva. En este caso, se trata de aquella gente –muchas veces criticada– que se preocupa por otras especies del reino animal, en este caso los perros. No importa que el mundo se caiga a pedazos, que cambie el clima y se nos congele el ojete en cuestión de segundos, o que llueva de abajo hacia arriba; siempre habrá gente dispuesta a preocuparse por los animalitos desvalidos. Una amiga salvó de una segura muerte a este espécimen, un bello ejemplar de la raza Tajungapul de la India. Claro que después de sacarlo de abajo de las ruedas de un colectivo, descubrió que el perrito estaba abandonado, cagado de hambre, a la deriva y con unas ganas de garchar increíbles. Por lo tanto, mi amiga lo curó, lo castró y ahora se lo quiere sacar de encima, como buena ciudadana que es. Bah, en realidad convive en un pequeño departamento con otros dos Tajungapules auténticos que al ver peligrar su trono se desviven por hacerle la vida imposible al apodado Peralta. Vamos al grano: el perro viene limpio, desparasitado, vacunado, sin huevos, pocas ganas de coger, en fin, una ganga. Al que se lo lleve no le cobramos nada, y encima al perro lo pueden putear a gusto, se llama Peralta, va a estar en su salsa. "Peralta, traeme el diario la reconcha de tu madre". "Peralta, cagá afuera, pedazo de perro sarnoso". "Peralta, por qué no meas un poquito en la cajeta de tu recalcada vieja". Verán cómo el perro mueve la cola y morirá por una nueva puteada. Al que lo quiera se lo llevo a su casa y de una reverenda patada lo acomodo en cualquier lugar de la casa que me indiquen. Dejar mensajes acá o mandarme mail a peraltaputea@gmail.com. No le fallen a la reserva moral de la humanidad, gente como yo –mitad animal, mitad ser humano– tiene depositadas sus esperanzas en esa gente.

martes, 20 de octubre de 2009

Directo


He tocado de costado, en algunas de las historias que he contado, a mi amigo el Tano. Vivía a la vuelta de mi casa, íbamos a la misma escuela y compartíamos el barrio. Este breve artículo no indagará en la vida personal del Tano ni en la familia, sólo tengo para decir que la mamá estaba más buena que comer pollo con la mano; pero todos nos hacíamos los boludos, el Tano era capaz de matarte a golpes de sólo pensar que te pajeabas pensando en la vieja.

Bueno, bruto como era, el pobre Tano tenía su arrastre con las minas pero la cagaba cuando hablaba. Para él todo era blanco o negro. Un día lo agarramos con el Cabezón y le dimos un curso acelerado de romanticismo.

-Mirá, tano, a las minas les gusta el romanticismo, no vayas a los bifes de entrada. Decile que tiene lindos ojos, que te gusta su perfume, que lo que más te gusta en el mundo es caminar con ella de la mano, elogiale el peinado, la ropa.

-Sí, Tano, tampoco te mandes a manosearle las tetas a los dos segundos; el primer beso no es de lengua, tano, no seas bruto; el primer beso es suave, un saludo dulce, un gesto que apenas anuncie que después hay más, entendés?

-Pero cómo hago, boludo? Yo me bajo del colectivo ya embergado, siempre llevo algún libro para taparme; el otro día llevé un libro de inglés de mi hermano, yo no entiendo un soto de inglés. Ah, leés inglés?, me preguntó ella. La concha de su madre. Le dije que estaba estudiando, menos mal que cuando agarró el libro no llegó a rozarme la garcha si no explotaba.

-Sos un animal, Tano. Cuando vayas en el bondi pensá en otra cosa, pensá en el colegio, en el negocio de tu viejo, en cualquier boludez. Disfrutá con ella otras cosas, vas a ver que también es lindo.


* * *


Años después me encontré con quien era la novia del Tano en ese momento. Hablamos y recordamos montones de cosas, hasta que llegamos a la relación con el Tano, y lo que me contó no tiene desperdicio, acá va algo de lo que me acuerdo.


-Me gusta la pollera que tenés, te queda linda (...) si se me para la garcha así, no quiero ni pensar cuando te la saques


-Dónde compraste esa remera? Se te marcan bien los pezones


-Sos tan dulce que si no pienso en otra cosa acabo en seco


-Hoy quiero que estemos bien, no todo es sexo, salgamos a caminar, vamos al cine, y después me la chupás un ratito, nada más


El Tano era incorregible.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Dilema

Hace quinientos millones de años, cuando los dinosaurios dominaban la tierra, tuve una amiguita. Yo le llevaba unos cuantos años, ella era de verdad una pendeja con unos ojos negros increíbles y unas tetas más increíbles todavía. Era de verdad mi amiguita, ni pensaba en otra cosa porque había salido con un amigo mío, y eso la transformaba en intocable. En esa época yo respetaba ciertos códigos, era un pelotudo, bah. Como sea, linda y todo a la morocha no se me ocurría tocarla. Pero ella, pendejita histérica al fin, me jugó una de las trastadas más terribles que haya tenido en mi vida. Paso a contar.
Era su cumpleaños, me dijo que no quería pasarla con nadie, sólo conmigo, y que la llevara a pasear esa noche. Bueno, nos fuimos a tomar algo a un lugar y a ver unos videos. Salimos de ahí y me ofrecí a llevarla a su casa, como caballero que soy. Enfilamos para su barrio cuando nos cruzamos con mi amigo Felipe. Iba acompañado por su hermana y una búlgara, alumna de él en la clase de teatro. Felipe era un hombre de la noche, producto de su trabajo de profesor de teatro, pero yo la estaba acompañando a la nena y me iba para casa. Me dice: vamos a tomar algo? La verdad, la vi a la búlgara tan interesada y borracha que no pude decir que no. La nena se quedó a desgano. Fuimos a un boliche de esos que no cerraban (una especie en extinción) y charlamos animadamente. Yo quedé al lado de la búlgara y la nena enfrente.
Tal vez producto del alcohol o vaya a saber qué carajo estuve ocurrente y vivaz esa noche (no me pasaba muy seguido) y la búlgara se ponía cada vez más confianzuda, se cagaba de risa, me tocaba, me abrazaba, de última ya medio me hablaba cerca del oído. Yo me hacía el boludo porque le había prometido a la nena que la llevaba a la casa, además la noche era para ella, que a esa altura ya estaba con cara de culo.
En el medio de ese candombe, mi amigo me hizo señas y fue para el baño. Lo seguí. Y me dijo:
-qué pasa con la nena?
-nada, es una amiga.
-está rebuena, me dará bola?
-te firmo que no, anda en otra, pero si querés hacerle un tiro por mí está todo bien
-no, no ando para problemas con pendejas... boludo, llevate a la búlgara. Está para cualquier cosa, yo no puedo porque estoy con mi hermana y le va a contar a mi novia.
-de dónde carajo la sacaste?
-vino por unos meses a laburar acá, y como le gusta el teatro se prendió en las clases; en tres meses se garchó a medio taller; boludo, metele, mirá que agarra viaje.

Está demás decir que a mí me salía humo de las orejas mientras maquinaba qué carajo hacer. A esa altura ya estaba decidido a avanzar. Cuando la nena se levantó para ir al baño, crucé mi brazo por el respaldo de la silla de la búlgara y le toqué levemente arriba de la cintura. Ella cruzó su brazo por debajo de sus enormes tetas y su más que generoso escote y me agarró la mano, disimuladamente, porque estaba la hermana de Felipe, que tamopco era boluda. Ya estaba. Era sólo cuestión de meter a la nena en un taxi e irme a la casa de la búlgara. Ya Felipe me había adelantado que vivía sola y que sin drama me llevaba a la casa. Nada de telo ni boludeces por el estilo. Yo estaba descontrolado. A la búlgara la veía cada minuto más buena. Además de las generosas tetas, estaba con minifalda, medias negras; tenía unas gambas que Steffi Graf era un poroto. Igual, en esa época Steffi saltaba de un huevo al otro de papá Graf. Bue, la cuestión que salimos, nos paramos en la esquina a despedirnos, yo al lado de la búlgara, ya marcando la distancia con la nena, como diciéndole: queridita, te quiero mucho, pero vivís cerca y en taxi estás en 5 minutos. Error pensar y no decir. Llegó el momento fatídico: mi amigo Felipe que dice: bueno, nosotros (por él y la hermana) nos vamos para aquel lado, y antes de que yo diga agua va, la nena da dos pasos, me agarra del brazo y me dice: nosotros vamos para Palermo. La búlgara, sin entender demasiado por el pedo que tenía, paró un taxi, se subió y se fue a la mierda. Mi amigo me quería matar a trompadas. No era para menos: la búlgara se tomaba el avión al día siguiente para Bulgaria y nunca más volver. No había segunda oportunidad, la nena histérica me mandó abajo del camión. Esa noche no pude ni hablar, la dejé en la casa y me fui. Cuando se lo reproché puso cara de no entender, y me dijo: vos estabas conmigo. Desde hace años me persigue ese dilema: me comporté como un buen amigo o como un pelotudo? Por supuesto, ya lo tengo resuelto, y se imaginarán la respuesta. Pero dejo que los visitantes del blog hagan su aporte.

En la foto, tres búlgaras: las hermanas Katerina, Manuela y Magdalena Maleeva, todas tenistas. Mi búlgara estaba mejor que las tres juntas.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Camino a la fama


A lo largo de mi ya extensa vida he conocido todo tipo de personajes. Y en mi breve vida bloguera me he encontrado con sorpresas increíbles. Hasta tengo amigos bloguers y formo parte de un sindicato (SOBA) del que ya me quiero ir porque se convirtió en una burocracia de putos resentidos (BPT). Pero los arqueros sin manos son especiales, porque tengo varios amigos en uno. Además, son inofensivos. Por ejemplo, al no tener manos no te pueden manotear la garcha, como sí pasa con algunos integrantes de SOBÁ. En fin, los arqueros sin manos son esos tipos que vale la pena conocer. Ahora me han honrado con ser parte de una letra que no sé lo que quiere decir, pero que contiene la frase pronunciada por un hijo de puta, que dio nacimiento a mi apodo: Peralta. Están acá cerquita, a la izquierda de su pantalla, pero para los haraganes les dejo el link acá mismo, por si les gusta la música fatto in casa. Ah, la canción está en el lado B y se llama "La última cena". Hasta más ver

viernes, 28 de agosto de 2009

Me quedé con sus lágrimas

Vamos a volver a las historias de barrio, esas que mantienen todavía vivo este blog a pesar de los contratiempos. Cuando uno escribe, casi siempre escribe de sí mismo. La historia que voy a contar le pasó al Cabezón Jorge, pero es como si me hubiese pasado a mí. El cabezón está en mí, es parte de mi ser, aunque ya no esté físicamente. Como son parte de mí los vecinos y compañeros del barrio, las noviecitas, los compañeros del colegio... Como conté en aquella historia, el día que el Cabezón se murió, era muy rápido con las minas. Tenía ese don. No era tan buen mozo, pero tenía suerte, no sé, ángel que le llaman. Pero, como no podía ser de otro modo, encontró la horma de su zapato. Un día el Cabezón se enamoró. Una noche, después de jugar al fútbol hasta las 10 de la noche, tirados en la esquina, todos chivados, nos estábamos clavando un Tres Plumas que el Cabeza había encontrado en la casa. Los viejos no estaban, sino que Tres Plumas, trescientas patadas en el orto nos daban. Bue, resulta que estábamos chupando eso que decían era coñac, con 28 grados a las 22.30, más o menos, y allá a una cuadra la divisamos. Era Nancy. Nos conocíamos desde chicos, ella había sido compañera mía en la primaria, pero casi que no la vimos más. Yo, por tenerla más vista, me di cuenta que era ella. El Cabezón la miraba venir hacia nosotros como obnubilado. Cuando Nancy nos vio, a unas tres casas, transpirados, en cueros y medio en pedo, dejó la vereda y empezó a caminar por la calle. Estaba para comérsela. No podíamos ni hablar. "Yo le toco el culo", dijo el Loco Eduardo, y amagó salir para la calle. Una mano criteriosa lo tomó del brazo y lo frenó. Ella nos miró, sonrió levemente (por Dios, qué se había hecho en los labios? y en los dientes? cómo podía sonreír así, levemente y de costado, como regalándonos apenas una muestra de su belleza?) y nos dijo, solamente, chau.

Los días siguientes el Cabezón estaba imparable, se paraba en la calle todas las noches, como perro en celo. Nosotros lo acompañamos algunos días, pero se ponia aburrida la espera, y preferíamos irnos a alguna terraza a cagarnos a bollos con los guantes de boxeo que le habían regalado al Loco Eduardo. Pero una noche Nancy apareció.


-Mami, qué curvas y yo sin frenos -le disparó. El Cabezón, como dije, tenía suerte, porque con los piropos que usaba no podía coger ni pagando.

-No seas pelotudo, Jorge, ¿no me conocés?

-No, pero me gustaría -dijo, ya acomodándose.

-Qué boludo que sos. Me viene bien, acompañame hasta casa que siempre antes de llegar me cago toda.


Y así empezó la cosa entre ellos dos.



En esa época comencé a laburar de día y estudiar de noche. Estaba en casa sólo los fines de semana, y el Cabezón solía irse. No nos vimos por varios meses. Un día me fui al centro de la ciudad a hablar por teléfono a la telefónica. Para quienes son demasiado pendejos e imberbes, les informo. Los teléfonos públicos hasta en el ojete de doña Berta empezaron en los '90. En esa época no habia locutorios, si no tenías algún vecino con teléfono (y te juro que en la cuadra había uno solo y se lo pedíamos tanto que a mí ya me daba vergüenza), te tenías que tomar un bondi e ir a hablar directo a la oficina de Entel. Ahí comprabas el cospel y nadie te rompía las pelotas con que el teléfono era medido. Iba para la oficina de Entel cuando me lo encontré al Cabeza, y ahí me contó el resto de la historia. Voy a obviar los saludos y esas cosas, para no aburrir.



"No lo puedo creer, Peralta, no sabés cómo estoy. Esa mina me destrozó, Peralta, ya no soy el mismo. Lloro por los rincones, me despierto pensando en ella, trabajo y estudio pensando en ella, cómo estará, dónde andará, con quién. Y me duermo imaginando una vida juntos... Desde esa noche no hice más que estar al lado de ella, siempre. La iba a buscar a la escuela, la acompañaba al laburo los 3 días por semana que iba, después caminábamos horas, charlando. Vos me conocés, las minas no me asustan, no soy corto, encaro y a otra cosa. Pero con ella quise ir despacio, no quería apurar nada, ni asustarla. Cada vez me sentía mejor. Después de casi tres meses sentí que era el momento, en la puerta de la casa le agarré la mano, le pasé la otra mano por la mejilla y le acaricié el pelo. La acerqué a mí y la besé suavemente, pero no en los labios, sino muy cerca. Un beso que duró una eternidad, no era un beso de despedida, era mucho más. En ese momento me sentí omnipotente y, como en la calesita, quise una vuelta más. Hasta mañana, le dije, la vi entrar, y me fui, Volví a mi casa extasiado. Me dormí con su su perfume fresquito en mi nariz. Todavía sentía su piel en mi mano, las uñas que suavemente se posaron en la palma de mi mano. Era todo tan idílico que ni una paja me hice, Peralta. Pero eso fue todo. Te juro, fue como subir al Aconcagua y después saber que sólo podés descender. Ella tenía miedo, dudaba, de pronto no me tenía confianza (mi fama de picaflor no me ayudaba, Peralta, y yo sólo pensaba en ella, la gran puta madre); seguíamos estando bien, pero cada vez estaba más lejos de ser mi novia. Yo quería eso, que fuera mi novia, con una mina así yo me caso, Peralta, te juro. Una noche, yo muy impaciente, le pedía que se defina, se puso muy mal: no quiero perderte, me dijo, y se puso a llorar; vos sabés lo que eso es para mí, yo puedo estar con una mina, dejarla en la casa y a la vuelta cogerme a la hermana, o a la prima, pero si lloran, si lloran, Peralta, soy un pelotudo; no hay nada que me enternezca más que una mina llorando. Me pueden, no lo puedo controlar. Y Nancy, como si lo supiera, apoyó sus ojitos llorosos en mi camisa celeste y con el rímel húmedo me manchó el cuello. Uh, tu vieja te va a matar, me dijo, y agregó: dame tiempo. El que vos quieras, le dije, y me fui, ya medio caliente y con la verga a media asta, a esa altura, te digo, ya el amor se me había transformado en una calentura padre, y yo le era fiel, no salía con ninguna otra, así que no la ponía ni en un hormiguero, Peralta, imaginate. Me tomé una semana, tiempo en el que fui a ver a la negra Norma para descargar un poco, viste, tampoco la pavada de transformarme en cura. La empecé a llamar por teléfono, me atendía cortante, esperame, sólo me decía. Un día, dos semanas después, tras mucho insistir, le saqué un café. Llegó, se sentó, apenas dijo hola, ni un beso me dio. Se tomó cinco minutos para decirme que se sentía muy bien conmigo, que me extrañaba, que sentía que podía ser el hombre de su vida. Pero que eso también le daba miedo, y que prefería esperar, y que también había aparecido un fulano, pero que no era él, era solamente un filito, me decía, alguien que le gustaba nada más. No pude escuchar más, Peralta, me levanté y me fui. Ni el café pagué. No me olvido más. Lloré 25 cuadras seguidas, loco, una maratón. En esas 25 cuadras me pasó una vida por la cabeza. Cuántas cosas iba a disfrutar el otro tipo, que yo no pude. Cuánto trabajo al pedo. Nunca iba a experimentar como es caminar con ella de la mano, cómo es abrazarla en el cine, cómo es bailar el rocanrol y pasarle la mano por su cintura perfecta, cómo sería el primer beso en esos labios carnosos, cerraría los ojos para besar?, podríamos jugar a besarnos con los ojos abiertos y rozar nuestras pestañas? q pestañas, Peralta, q pestañas!!! cómo sería verla dormir? Gritará o hablará cuando hace el amor? Nunca voy a escuchar su respiración agitada antes de llegar al orgasmo. Tendrá orgasmos? Sí, cómo no. Me perdí esas charlas de nada y de todo después de un porro, o después de un buen vino. Eso me perdía, las conversaciones con ella, podíamos pasarnos horas. Pero cómo hubiese sido pasar con ella horas charlando, pero cada tanto rozarle la mano, o la cara, o alisarle los rulos, o darle besitos atrás de la oreja mientras opina sobre alguna película. En la cuadra 24 me di cuenta que tal vez nunca iba a conocer todo eso, que pudo ser pero no era. Y que conmigo, una vez, sólo había llorado. Y la última cuadra hasta mi casa la corrí. Entré desesperado a mi habitación, busqué la camisa celeste de esa noche y no la encontré. Le pregunté a mi vieja. La lavé, me dijo, la muy guacha, como si nada. Corrí a la terraza. Y ahí estaba la camisa, colgada, con la mancha de rimel en el cuello. No se la pude sacar, me dijo mi vieja, adónde habrás andado. Esta camisa no la tocás más, vieja, cada vez que me la ponga la voy a lavar yo. Está bien, loco de mierda, me largó la vieja, y alguna puteada que no escuché. Y acá estoy, Peralta, todavía sufriendo, todos los días veo la camisa celeste colgada en el placard, y me conformo con saber que nunca nadie me va a sacar eso. Ella me regaló lo único que siempre, pero siempre, ablanda mi corazón: sus lágrimas."



Nos fuimos caminando juntos para casa, en el camino nos compramos una cerveza.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Sandro

El tipo cumplió 60 y tantos. La primera vez que lo vi en TV, hace más o menos siglo y medio, cantaba con un grupo de rock, gritaba y se tiraba al piso. Después supe, por mi prima que lo amaba, que el tipo cantaba baladas y boleros. También supe que era un tipo de barrio, con códigos y con pocas mujeres, a quienes respetaba de un modo inconcebible. Es el novio de todas las minas de barrio de este país, ese ejemplar tan dulce, tan madre, tan ama de casa, ama incondicionalmente a Roberto Sánchez. El tipo es un amigo de esos que uno quisiera tener, tomar unos vinos, salir con minas y conformarse con la más fea. No me gustaba su música, hoy lo respeto y lo admiro. Ojalá se reponga o pueda pasar el resto de su vida de la mejor forma posible. Feliz cumple. Miren, de paso, la belleza de Solita, tan joven. La otra es Marcela López Rey (con algunos años más que Solita). El actor es Luis Medina Castro, que se murió demasiado joven. Un gran tipo también, dicen. Les dejo una canción, de paso, a todas aquellas mujeres (no son tantas, bah) que tuvieron la suerte de ser amadas por un servidor.



miércoles, 12 de agosto de 2009

Ta ta ta, el Nene se rehabilitó

Como cuando el gol de Maradona a los ingleses, una vez más me hizo emocionar. Como en aquellas tardes de los '80, ese uruguayo entrador, que le puso poesía al fútbol, Víctor Hugo me emocionó. Ya sé que ha ganado cantidad de dinero, ya sé que tiene montones de defectos. Pero un día de después de que se acabara el monopolio de Clarín en el fútbol, no se podía escuchar a nadie más que a él. Al periodista que más consecuentemente enfrentó al monopolio en este punto. Tengo montones de puteadas para Víctor Hugo, desde hace unos cuantos meses. Pero debo decir también que en el conflicto de El Gráfico, hace unos años, todos aquellos periodistas que se llenaban la boca con la libertad de prensa, esos forros que incluso se dicen menottistas, brillaron por su ausencia ante el despido de unos cuantos trabajadores, porque la revista dejaba de ser semanal para hacer una edición mensual. Pero allí estaba él, en esa pequeña marcha de trabajadores despedidos de El Gráfico, estaba él, el uruguayo. Me llena de orgullo saber que lo escucho desde el primer partido que relató en la Argentina, que si la memoria no me falla fue el debut de Maradona en Boca, ante Talleres de Córdoba, hace más o menos dos siglos. Reí y lloré con sus relatos y hoy, aunque esté casi en la otra vereda, le rindo este homenaje. Sé que hay miles de personas que han luchado, anónimos que hemos padecido y padecemos a esta mierda que es Clarín, pero a mí me sale homenajear a Víctor Hugo Morales. Aquí, el audio de la apertura de su programa, el miércoles 12 de agosto de 2009. Un día que quedará en la historia.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Pechocha

Siempre tuve la teoría de que las tetonas son más inteligentes. Por ejemplo, es muy difícil encontrar una tetona que no utilice sus atributos para conseguir sus objetivos. He conocido algunas que, ignorantes ellas del verdadero potencial de las gemelas, intentaban ocultarla detrás de algún pulóver grande o camisas por el estilo. Es más, he conocido alguna que se ha sacado un par de kilos de las gomas. No faltará aquel que me mencionará alguna tetona carente de cualquier rastro cerebral, y yo seguramente le contestaré con otras tantas tetonas provistas del don llamado inteligencia. Lo concreto es que la mayoría de las tetonas, para mí, están en este último grupo: las inteligentes. Si no, escuchemos a una de las más grandes tetonas argentinas, la Pechocha Florencia Peña, para corroborar lo que digo. Mi teoría es que las tetonas tienen dos cerebros: uno en cada teta. De los hombros para arriba, como la mayoría de las mujeres, nada.

jueves, 30 de julio de 2009

Histórico


Son las 12.05, y desde hace por lo menos 1o minutos estoy tratando de entrar a la página de Clarín. Algún hacker habrá hecho justicia con estos reverendos hijos de mil putas?? O será parte de su campaña para victimizarse, como cuando a TN se le "corta" la transmisión? Clarín, lacra en forma de grupo económico, sorete mal cagado, forro inservible. La reconcha de su puta vieja, la apropiadora de niños, ladrona de bebés.


viernes, 24 de julio de 2009

Nacha

Andaba buscando canciones de Nacha Guevara para disfrutar, una vez más, de su increíble voz y, por qué no, de su antigua belleza (hoy no vale una sonada de mocos, pero no por vieja, sino porque se resiste a serlo). Así que les dejo el videíto, y una yapa más abajo...





Pero luego, entre los videos que sugieren, me encontré con esto. Y me causó mucha gracia el informe, un poco naïf.


miércoles, 15 de julio de 2009

Campaña sobre ruedas


Gaby es católica, moralista y bien intencionada. Sobre sus cuatro ruedas nos vende su honestidad y su gracia. También algo de su belleza y sensualidad, que las tiene. Esa imagen (bancada seguramente por algún banquero) es la que la llevó a cogobernar el Gobierno de la Ciudad y la llevó también a convertirse en la mejor espada de Macri para ocultar sus miserias. Ya sabemos que el ex presidente de Boca no resiste ni medio segundo de archivo. Ella lo humaniza, dicen. Pero resulta que las buenas intenciones de Gaby se desvanecen cuando sale a rodar la calle. Así es que en plena campaña electoral la sorprendieron con un par de deslices que mostraron a la verdadera Gaby, la que muchos no conocen y los asesores de imagen intentan esconder.

1) Fue a un programa de televisión, con preguntas previamente pactadas y demás; pero como no le avisaron que iba a debatir con Heller, la chica se puso como loca y puteó desde los conductores hasta los productores, pasando por su propia gente de prensa, quienes no avisaron que ella no debate con nadie, que ella sólo va y dice lo que le escribió antes algún hijo de puta por unos buenos mangos. Que ella, pobrecita, no está en condiciones de discutir política ni con Silvia Suller.

2) Nuevamente desprevenida, y en plena campaña electoral, a Gaby le pactaron una visita a un colegio de niños con capacidades especiales. Con tanta mala suerte para la ex vicejefa que la directora de la escuelita también andaba en silla de ruedas. Los niñitos, huérfanos de todo freno inhibitorio, atacaron a la pobre Gaby: "Por qué vos andás en rueditas que tienen motor y nosotros a la dire nuestra la tenemos que empujar??" ¿A quién habrá puteado Gaby por lo inoportuno de hacer campaña electoral con unos niñitos que no pueden callar en un colegio cuya directora padecía en silla de ruedas, igual que Gaby, pero muy lejos económicamente de poder acceder a una silla que sale un fangote?

Al final, por una cosa o por otra, siempre terminan perdiendo los discapacitados. Encima en esta foto (que dedico a ese glorioso blog de Memorex Vital, que si la quiere robar acá la tiene, total no es mía) está tan grasa, pobrecita, ella tan cheta. Abajo les dejo una jodita que le hicieron los muchachos siempre tan afectos a joder con los demás.

domingo, 12 de julio de 2009

When a man loves a woman

Mientras pienso algo qué poner (qué cosa, estoy muy haragán), dedico este video a todas aquellas mujeres que se dejan amar, en especial a ella, CFK.

sábado, 4 de julio de 2009

Robo

Mi amigo Ulises Dumond tiene posteado un video fenomenal. Y, como le prometí robárselo, cumplo. Me hizo cagar de la risa.

lunes, 29 de junio de 2009

Hasta el final

Hola mi amor, volvieron los gorilas, están felices... Me hacen reír el culo, creen que ganaron algo. Pobrecitos... Me dan un poco de pena. Los veo asomando la cabeza mientras del OGT se van sacando la poronga que tienen metida desde hace seis años, manga de putos. Pero vos ahí, tranquila... "Toma pastillas!! Ay, Cristina toma rivotril, por eso está sedada..." pero chupame un huevo, gil ordinario, y vos qué tomás? el 60? la reconcha de tu madre... Acá todo el mundo se mete cualquier cosa en la nariz, en la boca, en el ojete, pero la presidenta no se puede tomar una pastita?? Pero déjense de joder. Igual, qué carajo me importa, con pastillas o sin ellas, estoy preso de tu sonrisa, de tus gestos, de tus manos, de tu pelo recogido. Tengo ganas de ratificarte mi amor, una vez más, porque tengo ganas de acompañarte, siempre, como te acompaño desde el primer día que quedé atravesado por esos ojos grandes, cuando todavía eras una humilde senadora. Con vos siempre, mi amor, a morir.

domingo, 31 de mayo de 2009

Chau

No entiendo una mierda de música, no entiendo un carajo de rocanrol. En esto, como en todo lo que tiene que ver con mi acercamiento a las expresiones culturales, sólo me guío por una regla: me gusta o no me gusta. Eso puede ir acompañado de una cierta simpatía con el artista por tal o cual motivo. En el caso de Los Piojos tiene que ver con un hecho acontecido en el año 1995 (cómo pasa el tiempo).
Una vez más, en ese entonces, el progresismo periodístico daba muestras de lo mierda que es. Página 12 rajaba a más de 70 personas, negaba que se hubiera vendido a Clarín y sólo le echaba la culpa a una extraña reestructuración. Y digo extraña porque en la cuidadosa selección que hicieron los gerentes y dueños de Página 12 no se olvidaron de ningún activista, ni militante, ni de nadie que alguna vez hubiera expresado cierto desagrado con la política empresaria, o se haya quejado de los bajos sueldos, o de alguna manera haya enfrentado a la patronal como una más, sin considerar su carácter "progresista".
Tras varias semanas de paros, que incluyeron un piquete en la puerta del diario, allá en la calle Belgrano, los trabajadores organizaron un recital solidario. Tocaron varias bandas que después hicieron bastante bulla (como Un cuartito, La Bersuit, la Renga, Los Piojos, las Manos de Filippi) y algún consagrado como el Negro Jairo.
Pistolas fue el tema que me llamó la atención, a partir de allí seguí a la banda, no como fan ni nada que se le parezca, ni aguante ni nada de eso. Salía un disco, lo robaba o lo compraba, y lo escuchaba.
No me importa lo que fue después de Ciro y sus muchachos, no me importa si se vendieron o entregaron a la hermana y a la madre; los tipos fueron solidarios con gente que se lo merecía. Ahí estaba Ciro, con su armónica, endulzando mi oído tan duro. Y hoy retomo este blog para despedirme de ellos, porque se van. Volverán de otra forma, seguramente, hará cada uno su carrera de la manera que se le cante el ojete. Pero a mí ya me chupará un huevo. Los Piojos ya no están, pero estuvieron cuando había que estar.

viernes, 24 de abril de 2009

Se me acabó la nafta


Carlos Alberto Reutemann, hoy ala derecha del justicialismo, devenido a la política gracias a su padrino Carlos Menem (igual que Scioli), venía ganando de punta a punta del Gran Premio de la Argentina, en 1974, a bordo de su Brabham BT 44, si la memoria no me falla. Yo pensé que era joda que le decían Lole por lo'lechone, pero no. Resulta que es verdadero que allá en el campo santafesino el pibe se copaba viendo a los hijos de los chanchos que luego irían a engalanar la parrilla. Pero bueno, la historia dice (ma qué historia, yo lo viví, aunque no estuve en el autódromo) que Reutemann iba a ganar la carrera que prácticamente había punteado desde el inicio. Pero faltando media vuelta (es decir, menos de veinte cuadras) el auto se quedó sin nafta. La mala suerte acompañaría al Lole durante toda su vida deportiva. En realidad es un decir, porque era un excelente piloto que no salió campeón mundial por caprichos del destino. Además, se llenó de guita. Yo no recuerdo si antes se usaba la frase "me quedé sin nafta"; pero sí sé que a partir de ese hecho, la mayoría de los argentinos entendemos qué se quiere decir cuando escuchamos "me quedé sin nafta"; también está la variante "a vos no te da la nasta, gil", como dice el Negro Pablo a Ricardito en Okupas. Pero esto ya tiene otra connotación. Esta pequeña introducción es para decir, simplemente, que hasta que no levanten el paro los estacioneros y yo pueda volver a cargar Super Fangio XXI, este blog está hasta las pelotas. Es decir, se me acabaron el tiempo, las ganas, la inventiva, etcétera, es decir, me quedé sin nafta. Hasta más ver.

miércoles, 8 de abril de 2009

Surprise!!

Analía entró, se sacó las zapatillas, las medias y el pantalón. Se tiró en la cama, exhausta. El día había sido largo. "El trabajo y el estudio son incompatibles", pensó. Se lamentó de no vivir en una sociedad más igualitaria, en la que los jóvenes se dediquen a estudiar, los adultos a trabajar y los viejos a viajar. Pero claro, eso acá no. Para vivir hay que pelarse el culo. Entrecerró los ojos, volteó la cabeza y vio la PC. Bue, no todo está tan mal, tengo la computadora en mi pieza, después de mucho bregar por ella. Los padres accedieron a prestarle el dinero que ella devolvería con su trabajo. Relajarse está bien, pensó, pero qué mejor que chatear-chusmear un poco con los amigos. Por algún extraño motivo eligió para entrar al msn una de sus direcciones "ocultas", esa q pocos conocen. Mientras escuchaba música, decidió que, viernes a la tarde, y como preludio de una noche divertida, lo mejor era pasarla bien. Se conectó con El Príncipe. Ya había tenido un par de charlas, compartían gustos y tenían casi la misma edad. La charla se extendió por dos horas, nunca habían chateado tanto, se contaron todo lo q se le puede contar a una pantalla con letras. Es decir, nada de nombres reales, ni barrio, ni menciones a colegios, universidades ni nada. Aun así, la charla fue adquiriendo cierta intimidad, más bien bastante intimidad. Casi sin darse cuenta Analía estaba tocándose mientras El Príncipe decía alguna que otra grosería muy medida, lo suficiente como para que a Analía la estallara el bocho. Se imaginaba del otro lado al Príncipe, con su miembro grueso en la mano, subiendo y bajando frenéticamente mientras ella, mucho más lanzada, le relataba palabra por palabra cómo le gustaba que se lo hicieran. Nunca había llegado por chat a ese extremo, pero El Prínciple la fue llevando bien. Después de acabar, según le confesó y después de preguntar si ella también había terminado, El Príncipe le propuso verse. Analía dudó. Le dijo que le iba a contestar otro día. El Príncipel le dijo que esperaría, mientras tanto, impaciente. A los pocos días Analía entró de nuevo al chat, buscó rápidamente al Príncipe con la idea de decirle que sí, que se verían para ver qué onda. El Príncipe, ni lerdo ni perezoso, había subido una foto. Analía se puso primero blanca, después roja, luego palideció. Alcanzó a leer el primer mensaje del Príncipe: "hola princesa!! al fin apareciste, te estaba esperando". Luego cortó. Analía vio en esa foto a su primo Edgardo, el hijo de su tía Eva. Se conocían desde chicos, habían llegado a intercambiar algún beso furtivo, la adolescencia trajo otros amigos y la separación de la familia. Pero cada tanto lo veía a Edgardo, en fiestas y reuniones familiares. Ya no tenían tanto feeling, pero la pasaban bien cada vez que se encontraban. Analía sintió mucha vergüenza y solamente se animó a contárselo a una amiga que, fiel a su género, también me lo contó a mí. Y yo, fiel a mí mismo, lo reproduzco acá. Analía no chateó más con El Príncipe y evita las reuniones familiares. Eso sí, cada tanto le dedica alguna a su primo Edgardo, ahora que sabe que la tiene gruesa.

jueves, 2 de abril de 2009

Un clavo saca otro clavo

Desde hace unos meses, con el derechoso vuelco dado por Víctor Hugo Morales, estaba como huérfano de referentes en el periodismo deportivo. Pero ahora se viene a transformar el gran Alejandro Apo en una más que interesante opción para escuchar. No el programa, que puede gustar o no, encima en esa radio de mierda; pero sí para prestar atención a sus comentarios. Aguante Apo, carajo. Yo te banco, la gran puta.

martes, 31 de marzo de 2009

Polémica


Aprovechando las interesantes puteadas en los comentarios del post anterior, es que sigo con el tema. Los anónimos fachitos que entraron a putear, indudablemente, se comen el verso de la televisión o fueron, ellos mismos, víctimas de algún hecho. Pero vamos al hecho chiquitito comentado allí: la putona ésa tuvo que terminar admitiendo que no la robaron, no pudo comprobar absolutamente nada, las cámaras del shopping al que dijo que fue nunca registraron ni la entrada ni la salida de la camioneta. El vehículo tampoco tiene un rasguño. Según el relato, los tipos le pegaron trompadas al vidrio. Bueno, estaba blindado, dirán. Y no le pegaron una sola trompada o patada a la puerta? Nada de nada? O sea, qué estaba haciendo esta chiquilla? A caballo de la inseguridad hacer su propio negocio, con las empresas de blindados, o tal vez con ella misma, posicionándose como mediática para cobrar unos mangos por aparecer en televisión. Mientras, decenas de minutos por radio y televisión, centímetros en los diarios, para una puta de dos pesos, y además mentirosa. Eso intenta reflejar el post, la seriedad de los medios de comunicación para informar sobre la inseguridad. Por qué no leen las declaraciones de Argibay Molina, la juez de la Corte? Lean los pocos informes serios que se publicaron sobre el punto y verán que la inseguridad es una construcción. Lo que no quiera decir que no exista. Tengo tantas posibilidades de que me afanen o que un chorro me meta un cuetazo como de que me atropelle un colectivo, un auto o que me lleve puesto un chabón en moto. Se me puede tirar abajo del auto un borracho, una vieja que no ve, o un pibe distraído o pasado de faso. Me puede pasar alguna de estas cosas, o todas, o ninguna. Pero los medios seguirán hablando de inseguridad porque es lo que les sirve para su sociedad modelo. Un modelo que permite excluir a los cabezas, a los negros, porque son todos sospechosos de ser chorros o asesinos. En cambio, el pibito que maneja la 4 x 4 a 180 por la General Paz, a ése no lo pueden excluir, porque son ellos mismos. Segundo, ni el anterior post ni éste intentan defender o ensalzar al chorro. Psicológicamente está comprobado que el robo es una violación, no importa si me roban dos lucas o el anillo recuerdo de mi primera comunión o la foto de Riquelme autografiada. En ese marco, cuando me bolsiquean o me afanan, al chabón lo querés poner ahí mismo, eso es así. Pero un segundo después ya sabés que no lo tenés que hacer, ni lo podés hacer. Ayer un tachero me contaba que en un viaje hacia la zona de Tapiales le indicaron mal cómo salir y apareció en la calle principal de una villa. Tuvo que pasar, a paso de hombre, por una callecita angostita, lo podrían haber afanado, culeado y matado y la familia nunca se iba a enterar. Qué le pasó? Nada. Fueron los segundos más largos de su vida. Pero no le pasó nada. Y por qué? Porque el 90 por ciento de la villa, los que estaban en la puerta tomando mate y lo junaban como sapo de otro pozo, son gente de laburo, cartoneros, limpia oficinas, repartidores, dealers. Entonces, muchachos, no hay que ponerse tan de punta; a menos que sean realmente fachos y quieran liquidar a media humanidad. Y si soy víctima de la inseguridad, o tengo la mala suerte de que le toque a alguien de mi familia, no me voy a ir a rezar, ni a hacer marchas, haré el duelo y después buscaré toda mi vida al que me cagó la vida y se la voy a cagar a él. Eso no impide que yo siga pensando que tanto él como yo seremos víctimas de un sistema injusto y perverso, que gente como ustedes, anónimos del post anterior, ayudan a que sea todavía peor.

lunes, 16 de marzo de 2009

Inseguridad


Caro, amor, andate a la reputa madre que te parió, vos, tu familia y toda tu descendencia de acá a 500 años, la reconcha puta de tu madre. Puta de mierda. Andás en un auto blindado por la calle y te quejás, pedazo de comeverga, ¿a quién te comiste, además de los kilómetros de verga que tenés encima? Pero andate y no vuelvas más, y por favor no nos dejes a nadie, no te olvides de llevarte hasta el perro sucio que debés tener en tu casa. Tengo-los-huevos-al-plato-de-los-famosos-que-se-quejan-de-la-inseguridad. Manga de giles, se llenan de guita poniéndole mierda en la cabeza a la gente y después se quejan de que esos mismos descerebrados les quieren robar. Giles, váyanse a cagar, hagan algo inteligente, pedazos de sorete, que no sea sólo hacer guita, y el día que los roben comansela, como nos la comemos todos los días los que no tenemos alarma, ni auto blindado ni nada, y que somos las verdaderas víctimas de la mierda que nos dan todos los días por la televisión.

lunes, 9 de marzo de 2009

Moncho


Ya conté de algunos personajes de mi barrio. Pero nunca les hablé del Moncho. Vivíamos sobre la misma vereda, varias casas de por medio. El tema es que el Moncho era mayor que nosotros, no se daba con los pibes del barrio. Tenía amistades en otros lugares, andá a saber dónde, porque con nosotros sólo pintaba cuando se prendía en algún picadito, los sábados a la tarde. El hermano menor del Moncho sí era gomía. Un día, festejando el cumpleaños de mi amigo, vi bailar rocanrol al Moncho, y me marcó para siempre. Era medio gordito, cachetón, pero con una ductilidad para bailar que nunca más volví a ver. Es decir, vi bailar rocanrol de mil maneras diferentes, pero yo adopté la forma del Moncho. Tranquilo, y en cada vuelta la que se lucía era la mina. Medio parecido al tango en ese sentido. Un placer verlo bailar al Moncho. Pero la historia que quería contar no iba por ahí. Años después, ya más grandes, tuvimos más confianza. Y un día me contó su historia. El Moncho no tenía novia, es decir, cada tanto salía con alguna minita, pero ninguna le duraba, con lo que le costaba encarar. En fin, el Moncho se acostumbró a frecuentar algunos kilombos, en donde no tenía que pensar cómo encarar a una mujer. Sólo bastaba con hacer una seña y, ya en la piecita, arreglar las condiciones. Se fue acostumbrando a las putas y, aunque después ya tenía novia oficial, igual cada tanto se mandaba una visita a algún sauna. En Constitución conoció a una de estas señoras de la calle. Se hacía llamar Zulema. Era una señora alta, rubia, buenas tetas y decía que tenía una hija adolescente. Acusaba 40, pero Moncho le daba al menos 10 más. Aun así, estaba buena, y para él también habían pasado los años. Por suerte, en el camino había perdido algunos kilos, que después recuperó; pero ésa es otra historia. El tema es que, ya con mina oficial y fecha de casorio fijada, el quía ya no andaba tanto por los tugurios, y se limitó solamente a visitar a Zulema cada tanto. Pasaba por la calle Salta, Garay, alguna de ésas, si la veía le hacía una seña y caminaban hasta el telo hablando de la novia de Moncho, o de la hija de ella, o de política, o de fútbol. Las relaciones sexuales, al principio, eran como todas las que tenían cliente y prostituta. Más bien fría, un gemido aquí, otro más allá... hasta que un día el Moncho, medio en pedo después de una despedida de soltero (no la de él), le pegó a Zulema una bajadaza al pesebre que Zulema casi se ahorca con la sábana. Una cogida de ésas que Moncho nunca había tenido con una puta. Ella, profesional al fin, le dio a entender a él que había fingido. Las pelotas, pensaba Moncho, acabaste como la mejor. Moncho siguió su noviazgo camino al matrimonio pero los encuentros con Zulema nunca cesaron. Ella le cobraba medio por compromiso, incluso los últimos tiempos tenían que arreglar encuentros por teléfono porque ella ya había dejado la calle. A veces, de costumbre, caminaba por Salta y Garay, siempre algún gil picaba y ella se hacía una moneda más. Por ahí caía Moncho y además de ganarse un mango la pasaba bien. Un día Moncho, pocos días antes de casarse, quería aprovechar ver a Zulema para cuando viniera la veda del matrimonio. Y no la encontró. Y se le cruzó una paraguaya con un culo hermoso y unas piernas divinas. Viejita como le gustaban a él pero fortachona. Ma sí, se dijo, me hago un tirito con esta veterana para sacarme las ganas. Se fue al hotel de siempre, hizo lo suyo y cuando salió la encontró a Zulema parada en la puerta, como siempre, como hacía más de 40 años. A ella le brillaron los ojos, pero no lloró, no se puede decir que sea un llanto. Las mujeres como Zulema dejan de sentir tristeza o dolor muy chiquitas, tal vez en la adolescencia. El sólo atinó a decir: te busqué, dónde estabas? Con tono de reproche, ella contestó: estaba por acá, no me viste? No, no te vi, se disculpó él, casi sintiendo que era infiel. Daaaaleee, le dijo ella, con la voz entrecortada, ya mirando para otro lado y prendiendo el enésimo pucho del día. El Moncho se dio la vuelta y se fue. Años más tarde, tomando unos vinos, me dijo que nunca más pasó por la esquina de Garay y Salta. Me dijo que le daría mucha vergüenza encontrar a Zulema. A vos te parece, Peralta, te parece que le haya sido infiel a una puta? Y qué sé yo, Moncho, era tu mina y vos su macho. Lo que pasa es que nunca lo hablaron. Y sí, yo siento eso, me dijo el Moncho. Nunca hubiéramos llegado a nada –la mina ahora debe andar por los 60– pero teníamos una relación. Me parece que le falté el respeto, y nunca lo pude arreglar. Vamos ahora, Moncho, medio en pedo como estás le pedís disculpas si la encontramos. Qué sé yo, te parece? Y allá fuimos. Y ahí estaba Zulema, paradita en la esquina de siempre, mucho más vieja y deteriorada. Tanto que el Moncho no se animó a encararla. Zulema no nos vio, los autos pasaban y le tocaban bocina. Ella no los miraba. Si no fuera que me parece imposible, juraría que lo estaba esperando al Moncho.

jueves, 5 de marzo de 2009

Menazame!!!


La linda de Vicky Donda denunció estos días que fue amenazada por los gurkas de siempre. Le dijeron algo así como "si venís a Tucumán te boleteamos". Ahora, digo yo, viendo esta foto, no le dijeron nada que no le hubiera dicho cualquier bien nacido: nena, si pasás a media cuadra te hago la boleta, te hago. En fin, que la Vicky da para todo, para amenazarla, para llamarla, boletearla, volverla a llamar, y así por un rato largo.

viernes, 13 de febrero de 2009

Olvido


Ah, me olvidé de decirles a los que entran a este blog que me fui de vacaciones al culo del mundo. Y aprovecho para mandarles una postal. En este momento me encuentro perdido en algún lugar de Africa. Saludos

viernes, 30 de enero de 2009

Mundo loco


Hojeando los diarios, como hago casi todos los días, me encontré con dos noticias impactantes. Primero, la masiva huelga en Francia, donde al menos un sector importante de los trabajadores parece decidido a no pagar los costos de la crisis y le ponen los puntos a Sarkozy. Se podrá decir: bueno, pero ellos lo votaron; sí, pero acá le muestran hasta dónde están dispuestos a soportar. Por otro lado, otra forma de encarar las noticias internacionales: el diario El Cronista. No sólo no menciona la huelga en Francia como parte de sus políticas internacionales, sino que en su contratapa se destapa con esta imperdible nota sobre cómo impacta la crisis en las mujeres de los banqueros en Estados Unidos. Dos formas de ver la crisis, dos formas de ver el mundo, dos formas de vivir.

lunes, 19 de enero de 2009

Dientes de cordero

Este país ha tenido demasiados hijos de puta. Eso está claro. Gobernaron por 190 años con pocos sobresaltos. La pasaron feo allá por 1919, cuando los anarquistas provocaron una crisis de tan magnitud que pudo haber terminado con el Gobierno. El 17 de octubre de 1945 tuvieron otro sobresalto, la Resistencia Peronista, las guerrillas de los 60 y 70. Los trabajadores y el pueblo se estaban cebando. El fascismo del Proceso de Reorganización Nacional inclinó la balanza otra vez para el lado de los poderosos. Alfonsín tuvo la oportunidad histórica de tirar un tiro para el lado de la Justicia. No quiso. O no pudo, como prefieran analizarlo. Lo que vino después fue la culminación del trabajo que empezó la dictadura. El 19 de diciembre de 2001 volvimos a creer, como dicen Los Piojos, que saliendo a la calle podemos cambiar las cosas. Los adoradores del escepticismo se permitirán discrepar con este análisis, seguramente. Yo creo eso. Pero también creo que Kirchner hizo algo distinto, a caballo del cagazo que se pegaron en diciembre de 2001. Creer que Kirchner es revolucionario o que realmente quiere dar vuelta la Argentina es, como mínimo, ingenuo. Pero es lo que hay. Cristina pudo seguir la misma senda, pero metió la gamba y, tal como se preveía, está girando a la derecha. También se puede discrepar con esto, cómo no. Ojalá me equivoque. Pero si no me equivoco, creo también que verán dientes de cordero sobre la ciudad. Pero ojo, que esta vez puede ser muy distinto. Y no digo que sea ahora ni dentro de dos años. Pero si no se consolida un proceso de cambios, en serio, que distribuya la riqueza y que concretamente les saque algo a los ricos para darles a los pobres, humildemente creo que se va a volver a pudrir. Con Duhalde o sin él. Con saqueos, con cacerolazos o con lo que venga. A mí me chupan un huevo los escépticos, yo siempre creí en la capacidad de movilización y rebeldía de las capas populares argentinas. Históricamente han dado muestras de ello. Y la vez que quisieron aplastarlas lo lograron a costa del fascismo y 30 mil desaparecidos y cientos de miles de detenidos. Así que, amor mío, Cristina, ponete media pila, mi corazón te acompañará pero mi cerebro no. Si no, volveré a ir a la plaza, como hace ocho años, sin miedo, pero más preparado.

domingo, 11 de enero de 2009

Sinceramente tuyo




La pasó mal este fin de semana. Y, como sé que el Nano le gusta, le regalo esta canción. Casi todo lo que quiero decirle está ahí, en ese hermoso poema. Para quienes no disfrutan de la música de Serrat, abajo les pego la letra. Si no les gusta ninguno de las dos cosas, lo lamento.








Sinceramente tuyo

No escojas sólo una parte,
tómame como me doy,
entero y tal como soy,
no vayas a equivocarte.

Soy sinceramente tuyo,
pero no quiero, mi amor,
ir por tu vida de visita,
vestido para la ocasión.
Preferiría con el tiempo
reconocerme sin rubor.

Cuéntale a tu corazón
que existe siempre una razón
escondida en cada gesto.
Del derecho y del revés
uno sólo es lo que es
y anda siempre con lo puesto.

Nunca es triste la verdad,
lo que no tiene es remedio.

Y no es prudente ir camuflado
eternamente por ahí
ni por estar junto a ti
ni para ir a ningún lado.

No me pidas que no piense
en voz alta por mi bien,
ni que me suba a un taburete
si quieres, probaré a crecer.
Es insufrible ver que lloras
y yo no tengo nada que hacer.

martes, 6 de enero de 2009

Dolor

Dicen que los blogs son páginas personales. Otros dicen que son herramientas periodísticas. La verdad, no sé qué son los blogs. He tratado de reflejar aquí algunas vivencias, he inventado algunas cosas, he puteado por otras tantas, qué sé yo. Hoy, este blog es más personal que nunca; por eso es que aquellos que tengan ganas de joder o bardearme, desde ya, les aviso, se pueden ir a la reputísima madre que los recontra re mil parió, ojalá se les pudra la concha de su vieja y del olor se tengan que pegar un tiro. Hecha la salvedad, los que quieran comentar y ayudar, bienvenidos sean. Porque no sé en qué momento, no sé qué pasó en ese segundo que medió entre ese "Adriana murió" que me descerrajó con todo amor y cuidado mi compañera, mi amor, la madre de mis hijos; digo, no sé qué medió entre esas dos palabras y este hueco de dolor que en este momento soy, del que sé que tendré que salir, pero no sé cómo.
Adriana, la flaca, el norte de mi vida, mi luz, mi mejor amiga desde hace 27 años, me dejó sin avisar, casi peleada conmigo pero, sobre todo, casi peleada con ella misma, con su propia vida.
Vi sus hermosos ojos verdes por vez primera el 23 de diciembre de 1981, en una cantina de la Boca, donde nos juntamos con compañeros de trabajo para despedir el año. Tenía unos pantalones blancos, remera negra y sandalias rojas. Y era, sencillamente, hermosa.
A las 4 de la mañana terminamos en la Academia, tomando como sólo se puede tomar cuando sos joven, y me descubrí diciéndole cada dos minutos, harto de alcohol: como te llamás? Adriana, me decía. Adriana, qué lindos ojos que tenés. Gracias, contestaba ella.
Me vio vomitar en el transitado piso de la Academia y vio como mi humanidad, ayudada por otro borracho, se trasladaba hacia el baño a seguir con la tarea.
Días después me confesaría: "cómo me iba a perder ser amiga de un tipo que vomita, delante de una mina, en el medio de la Academia!!!"
Y así fue, me invitó a su cumpleaños, el 28 de diciembre de 1981. Y nunca más nos separamos. Fue amor, estoy seguro, el más hermoso y puro amor que he sentido en mi vida. Nos escribimos cientos de cartas que nuestro amigo en común, Lucio, mi compañero de trabajo, trasladaba desde Ciudadela hasta Avellaneda.
Ahí están esas cartas, una sobre otra, soportando mis lágrimas. Ahí está ese juego que inventamos: TQM me puso en una carta. Era, obviamente, las iniciales de "te quiero mucho". YTTQM, fue mi respuesta. Y seguimos con iniciales hasta perder la cuenta hasta traducir algo así como "yo también te quiero mucho, pero mucho más que vos, porque además te extraño y entonces te quiero más todavía..." o algo así, después ya no nos pudimos traducir. De todas formas, ya sabíamos que había nacido entre nosotros el más puro amor.
Por ella conocí la amistad entre el hombre y la mujer. Y, como no la amaba, busqué a ella en otras mujeres. Y a veces la encontraba, y otras veces no. Hasta que un día, cansado, borracho, y momentos antes de una cita con una novia, la besé. Y me dijo: no mi amor, nosotros no, vos andá y ve a tu novia, besala y tratá de que no se dé cuenta que estás tan borracho. Pasaron muchos años para que, cada tanto, nos saludáramos o despidiéramos con un beso en la boca.
Nunca pude entender por qué, a pesar de haberla abrazado, de haberla llevado de la mano, de haber dormido juntos, pero nunca, nunca, me calenté con Adriana.
Pasamos por todas las etapas de nuestra vida, amores, frustraciones, desencuentros, peleas. Fue la hermana que nunca tuve. Bah, fue todo. Hasta la presenté formalmente en mi casa, como mi amiga. Mi vieja nunca me creyó que Adriana no era mi novia, que era sólo mi amiga.
Cuando se casó se fue a vivir a Misiones. Estaba enamorada pero no era feliz con la decisión de irse a vivir tan lejos, allá a Posadas. Me escribió y bastaron dos palabras: te necesito, para que me tomara el Singer, viajara una punta de horas y bajara en Posadas. Y ahí me esperaba, feliz de poder verme. El marido se fue de viaje y nos pasamos dos o tres días juntos, nos hablamos la vida, lloró, pataleó, gritó, fue libre. Me quedé una semana, y me acompañó a la terminal con lentes negros para que no la viera llorar. Juanca, el marido, después me dijo que esos días estuvo intratable. Por suerte al poco tiempo se vinieron a Buenos Aires.
Y estoy siendo tan injusto recordando apenas algunos momentos de nuestras vidas, que si ella pudiera leer esto me diría: gordo puto, esto sólo te acordás de mí? Y aquel día que te acompañé por todo Pompeya en busca de esa novia que te hacía sufrir como un pelotudo pero que vos igual querías?? Y la Rosi, te acordás de la Rosi?? Un fiat cupé 800 llevaba a Adriana a todos lados, y cada vez que llegaba a un lugar, sana y salva, paraba el motor, acariciaba el volante y decía: gracias Rosi. Y la Rosi, fiel, nunca la dejaba.
Y la flaca se me fue, hace algunos meses, y yo no sabía nada. Como cambió los teléfonos, hacía mucho que no hablaba con ella. El 28 de diciembre fui a la casa, a la misma que me invitó aquel 28 de diciembre de 1981, a dejarle un vino y una tarjeta. No encontré a nadie. Me volví con el vino y la tarjeta, que decía: "Para la mejor amiga que tuve en esta vida y en todas las que sigan". No importa que no la haya leído, ella sabía que era así, o al menos eso espero. Entre tantas cosas que me enseñó, hoy aprendí otra más. Nos vamos muriendo de a cachos. Un pedazo de mi vida se fue con ella, uno de los más hermosos pedazos de mi vida, y nunca va a volver. Se llevó su sonrisa, sus ojos verdes y sus manos perfectas a la tumba. La extraño tanto que para llorarla solamente me parece que puedo llorar con ella, quisiera abrazarla y preguntarle cómo hago para seguir viviendo sin mi mejor amiga. Quisiera llorar abrazado a ella y oler su pelo rubio con olor a cigarrillo y que me diga: gordo, dejate de joder, amigas hay muchas, pero vos sos uno solo, cuidate. Y me besa, se prende un pucho, me guiña un ojo y se va.

viernes, 2 de enero de 2009

Cuba Nito

Alguien se tomó el trabajo de recopilar todo esto, e hizo un artículo periodístico en rebelión.org. Otro se tomó la molestia de sacar los datos y pasarlos por mail. Oto pícaro me lo mandó por mail. Otro me dijo que lo publique en el blog. Y yo, pícaro bribón, me lo robé. Y acá está, para todos ustedes, los datos que a más de uno le duele en el fondo del OGT.

"A 50 años del triunfo de la Revolución Cubana (y casi 50 de bloqueo económico norteamericano)….
-el analfabetismo en Cuba es del 0,2%, mientras que el de América Latina es del 11,7%.
-la tasa de mortalidad infantil es del 6,2 por mil en Cuba. En América Latina, 32 por mil.
-la esperanza de vida al nacer es de 76,5 años en Cuba, y de 70 años en América Latina.
-la tasa de educación primaria en Cuba es del 100%. En América Latina del 92%.
-la enseñanza secundaria es en Cuba de un 99,7 %, y en América Latina un 52%.
-sobre 11 milllones de cubanos, 500 mil tienen grado universitario.
-hay en Cuba 590 médicos cada 100 mil habitantes. En América Latina, 160. Cuba es el país con más médicos por habitantes en todo el mundo.
-la tasa de contagio de VIH Sida es de 0,05 % en Cuba; en América Latina 0,5%.
En América Latina y el Caribe hay 102 millones de seres humanos en completa indigencia, o sea un 20% de la población.
Ninguno de ellos es cubano.
En América Latina el 12% de la población es analfabeta. O sea, hay 42 millones de iletrados y hay 110 millones de personas jóvenes que no han logrado concluir la educación primaria.
Ninguno de ellos es cubano.
Hoy en el mundo existen 860 millones de analfabetos absolutos.
Ninguno de ellos es cubano.
En América Latina, 54 millones de latinoamericanos padecen de malnutrición.
Ninguno de ellos es cubano.
En el mundo cada 7 segundos un niño de menos de diez años se muere de hambre.
Nunca es un niño cubano.
Según la FAO, 842 millones de personas sufren de malnutrición crónica.
Ninguna de ellas es cubana.
Tampoco hay denuncias reportadas ante organismos internacionales de desaparición de personas, asesinatos políticos o torturas.
Perdón: sí hay denuncias de torturas en territorio cubano. Son las que sistemáticamente sufren los detenidos en la base norteamericana de Guantánamo.
(Datos de FAO, CEPAL, Unesco, etc.. Tomado de ‘Cuba: cifras’, artículo de Agustín Contreras, de Rebelion.org, 2004)"