miércoles, 30 de julio de 2008

Un año sin un genio

Ayer, gracias a Crítica, me enteré que se cumplía un año de la muerte del maestro Ingmar Bergman. He visto cine pero no soy un especialista, ni siquiera he visto todo Bergman; pero la noticia me dio el motivo para postear y dejarles un regalito. Hace muchos años, cuando yo iba a la escuela secundaria, me llevaron a ver La flauta mágica. Recuerdo que la película me gustó, pero más recuerdo las tetas de la actriz-cantante que personificaba a la Reina de la Noche. Muchos años después me enteré de que el director era un tal Bergman, como Ingrid. Me interesó seguir viendo ese cine, vi algunas más hasta llegar a Fanny y Alexander, la más maravillosa obra de arte del cine. La he visto no menos de diez veces, y creo que en estos días la voy a volver a ver. Hoy, mientras buscaba material para el post, me encontré con el inicio del film, un minuto 30 segundos para la presentación de Alexander y su aburrimiento de preadolescente, un minuto 30 segundos sin palabras hasta que dice Fanny!. Me llenó los ojos de lágrimas nuevamente. Nada me emociona como esta película. Toda la belleza de la música en esos minutos, hasta que se presenta la abuela. Im-pre-sio-nan-te obra maestra. Perdonen el fanatismo, pero es la mejor película que jamás vi, y lo digo sin ánimo de debatir, cada uno tiene sus gustos. Pero quería compartir éste y, de paso, un homenaje al maestro.

lunes, 28 de julio de 2008

Todo el poder a La Nación!!

Agarré el diario y dije: "ah, no, si La Nación va a correr
por izquierda al gobierno me voy a vivir a Darfur, me mandan el correo ahí y le avisan a Cristina, por si me quiere venir a visitar cuando termine el mandato". Claro, como todo espejismo, se desvaneció apenas líneas más abajo, cuando este gorila de papel tamaño sábana dice: "Para corregir esta distorsión (!), los analistas recomienda aplicar un esquema similar al que rige en Brasil, con una eliminación gradual de los subsidios de algunos alimentos y transferencias directas a los sectores más golpeados de la población". Primero, lo primero: si después vamos a leer la nota que está en el suplemento económico, ésta es un poco menos gorila y con algo de buena intención, si bien el fondo siempre es el mismo: libertad de mercado. Cuando leemos vemos que los subsidios son "al transporte y a los alimentos". Claro, los pobres no viajan ni comen, la reconcha de tu putísima madre. Cuando habla de transferencias directas y eliminación de subsidios lo que está diciendo es: "déjennos ganar plata tranquilos con el encarecimiento de los alimentos y hagamos beneficencia con la negrada, no la abandonemos". El mismo criterio que utilizan Miguens, Buzzi, Llambías: dejame hacer la mía que después te tiro unas migajas para el pobrerío. Te das cuenta? Después me dicen oficialista por decir estas cosas. Mientras leía estas notas lo escuchaba al Cabezón Duhalde criticar al gobierno. Y no soy oficialista, loco, pero, una vez más, si del otro lado están La Nación, Clarín y Duhalde, por lo menos dejame elegir a quién le tiro, pero seguro que a los enemigos de aquéllos no, se entiende? Uno a veces elige sus amigos según quiénes sean sus enemigos. No está bien, ya sé. Les doy un ejemplo para que salgan algunos troskos a comerme la cabeza: cuando Kornilov quiso dar un golpe fascista contra el gobierno traidor de Kerenski, los bolcheviques salieron a sostener al gobierno contre el golpe de Estado. Meses después, el golpe lo dieron ellos y fundaron el primer Estado obrero de la historia. Digo, no vale la comparación, pero durante esos días Lenin fue "amigo" de Kerenski, a quien combatía y llamaba a derrocar, qué sé yo. Prefiero que esté Cristina y no Cobos, si querés velo de esa manera. Prefiero que esté Moyano, que enfrentó a Menem, y no Barrionuevo, que fue un alcahuete del menemismo. Pero, en fin, siempre lo mismo... no aburro más.

martes, 22 de julio de 2008

Un caño

Hubo una gran revista deportiva que llevaba ese nombre. Pero ahora esa palabra se ha desvirtuado. Ahora hablás de caño y todos lo relacionan con Tinelli, la reconcha de su hermana. Tengo las bolas al recontra plato de que 500 millones de pajeros estén a la noche esperando que a algún toga se le escape una goma. Dejémonos de joder, muchachos, si la teta es lo que primero que conocemos y, es más, chupamos. Para no hablar de que salimos directamente del agujero tan preciado (y no es el culo, aclaro, aunque alguno pueda parecer que en lugar de parirlo lo cagaron).
"Viste el baile del caño anoche?", "La viste a fulanita?", "Viste las tetas que tiene?", "Boludoooo, qué buena que está esa minaaaaaaaaa". Todas frases dichas con un hilo de baba chorreando por la comisura de los labios. Pero qué manga de pejertos, la puta madre. Por suerte, sigue habiendo gente que nos alegra la vida, y nos aclara que el caño no lo inventó Tinelli. El otro día, hablando con una amiga, me cuenta: "Estaba sola en casa y un amigo me había regalado un caño (no la revista), me lo prendí y me lo fumé –me dijo–. Varias horas después me desperté, toda mojada y cagada de frío. Me había quedado dormida, tirada en el patio, recontrafumadaaaaa. Llovió, refrescó, y yo tirada en el patio, medio en bolas. No tomé en cuenta tamaño ni medida", finalizó su relato imperdible. Díganme si esto no dignifica el caño. Y que se vaya Tinelli y todo su gaterío a la reputísima madre que lo recontra parió.


jueves, 17 de julio de 2008

Por siempre tuyo, contra todo

Y sí, la señora me puede. Los seguidores de este humilde blog ya saben que ella es mi amor, mi razón de ser, es mi alegría y mi tristeza, es la dueña de mi alma y de mis estados de ánimo. Ayer la vi, allá en el Chaco, tan linda, tan dulce y tan endeble, que quiero estar al lado de ella para abrazarla y decirle que acá estamos, que seguimos, que hay que pelear. Pero ella, kilo de Rivotril mediante, tuvo la entereza y el coraje para decir lo que tenía que decirle al pelotudo ese con dos minutos de fama que se colgó de sus polleras para figurar. Ni siquiera se molestó en nombrarlo. Para qué? También les pasó factura a los perucas que se olvidaron de cómo es la cosa. Ya sé que me van a venir con las contradicciones, con su historia, con Kirchner, con la mar en coche. Pero, ya saben, el amor es ciego, sordo y mudo. Veo a través de sus ojos grandes, escucho sólo lo que ella me dice y hablo sólo para decirle que la amo, como en este momento.

lunes, 14 de julio de 2008

Quién fue...

el hijo de mil viejas putas que le hizo creer a este recontrapelotudo de Alejandro Sanz que tiene derecho a ganar guita desafinando como lo hace? Por qué la yegua conchuda de Shakira lo invita a cantar con ella y, aun peor, le hace un solo de flauta? Cómo puede ser que un mediocre como este salame haya trascendido más allá de las cuatro paredes de su baño? Está bien, alguna me podrá decir "ay, está re fuerte". Dejate de joder, hacete una paja, pedazo de babosa, y dejanos vivir en paz, la reconcha de tu madre... No hay derecho a que este pelotudo nos ande lastimando los oídos, la puta que lo parió. En la foto, se lo ve claramente cagándose de risa de todas las pajeras histéricas que lo escuchan.

martes, 8 de julio de 2008

¿El toro o el torero?

"El único lugar en donde se puede ver la vida y la muerte, esto es, la muerte violenta una vez que las guerras habían terminado, era en el ruedo, y yo deseaba ardientemente ir a España, en donde podía estudiar el espectáculo", dice en uno de sus primeros párrafos de "Muerte en la tarde" el amigo Ernst Hemingway. Semejante exponente del buen beber no puede menos que caernos simpáticos, a más de sentir una profunda admiración por sus textos y su forma de escribir. Sin embargo, "Fiesta" y "Muerte en la tarde" dan, por lo menos, para la polémica si no para rechazar de plano lo escrito por el autor de, nada menos, "El viejo y el mar". Imperdible cuando en la página 4 del capítulo primero dice: "Es moral todo lo que hace que me sienta bien e inmoral todo lo que hace que me sienta mal". Una duda: la escopeta, ¿es moral o inmoral, la reconcha de tu madre? Voy a citar, al azar, otro párrafo, para que nos demos una idea de con quién estamos debatiendo: "En todas las arte, el placer se acrecienta con el conocimiento que se alcanza de ellas, pero desde la primera corrida a que se vaya, el espectador sabrá si le gustan o no los toros, siempre que haya acudido con espíritu libre (...) Es lo que ocurre a las personas que se niegan a beber vino, aunque saben que podría proporcionarles placer, porque creen que no está bien beber". Y sigue: "La comparación con el vino no es tan disparatada como pudiera creerse; el vino es una de las cosas más civilizadas del mundo y uno de los productos de la Naturaleza que han sido elevados a un nivel mayor de perfección". En fin, podría pegar aquí el libro entero de Hemingway, pero para los ignorantes que no lo leyeron y tengan ganas de dejar tanta pelotudez literaria que anda dando vueltas, de acá lo bajan gratis. El tema es que el amigo suicida está decididamente a favor de las corridas de toros. Me disparó este post lo que leí el otro día acerca de que se celebró el día mundial contra la tauromaquia. Y, la verdad, cuesta coincidir con semejante barbaridad. Y, a pesar de no ser tan poético ni tan hermoso como la prosa de Hemingway, esto que sigue me representa un poco más. El agradecimiento para mis hijos, que me hicieron escucharlo.



Hace una semana se cumplieron 47 años del suicidio de Hemingway, vaya esta puteada para él, que aun equivocado podía escribir como los dioses. Lo lamento amigo, cuando nos encontremos tomaremos un vino, pero yo, irremediablemente, estoy con el toro.


martes, 1 de julio de 2008

Los hombres no lloran

Muchos de nosotros hemos sido educados en que los hombres no lloran. Los hombres llorones somos mal vistos, en cambio las mujeres lloronas hasta despiertan cierta ternura. Mi viejo pertenecía a aquella escuela. No era Charles Bronson pero era duro, no era de emocionarse por cualquier cosa. Su estado natural era más bien serio, y cada tanto le gustaba cagarse de risa de algunas cosas, sobre todo de sus propias ironías. Cuando mi viejo me contaba historias que tenían que ver con su infancia y con su extrema pobreza, nunca lloraba, jamás se le llenaban los ojos de lágrimas. Me contaba, por ejemplo, que para poder comer, en aquel pueblito de Entre Ríos donde nació, tenía que salir a cazar o pescar. Y cuando esto no era posible, había que salir a robar, entendido esto como la distracción de algún pollo u oveja que anduviera extraviado y que él y sus hermanos le ayudaban a encontrar el camino hacia el estómago. Crecí con esa sensación, de que los hombres nunca lloran. Mi viejo se había hecho hombre con el peronismo, salió del campo, vino a la ciudad, se hizo obrero metalúrgico, gozó del inédito aguinaldo y de las –más inéditas aun– vacaciones. Se organizó sindicalmente, fue delegado, hizo huelga por el regreso del General, hasta salió en la tapa de la revista Así, con su mameluco de obrero de la General Electric. Por esos años algunos familiares de mi padre se ponían viejos, por ejemplo mi abuela. Tan vieja que se murió. Y mi viejo, ni una lágrima. Años después, una cuñada, joven, murió en un accidente. Mi viejo, ni una lágrima. Pero el 1 de julio del 74, mientras mirábamos por la televisión la despedida del Pocho, que para mí era un viejo que decía boludeces, se me ocurrió mirar a mi padre. Sorpresivamente, estaba con los ojos llenos de lágrimas. Le tengo que agradecer al General, lo que es la vida, que haya visto a mi viejo llorar. Lo que son las cosas.