lunes, 27 de octubre de 2008

Daños

Qué daño puede hacer Bono con esto? Es criticado por estas actitudes. Yo lo banco. Hay muchas formas de hacer daño, como por ejemplo ese par de hijos de puta que Bono nombra en el video. Otros hacemos daños más pequeños, aun sin proponernos hacer daño lastimamos. Hemos recibido también de esa medicina. Cuando nos lastiman parece que somos los únicos perjudicados, y nos olvidamos que ayer lastimamos a alguien, o fuimos indiferentes, o no llamamos a nuestro mejor amigo, o pasamos de largo sin mirar a los ojos a esa nena de 5 años que nos pedía monedas. Quién dijo que no hacemos daño? Sabemos lo que pasa por la cabeza de esa nena cuando avanzamos indiferentes? Y después viene el pelotudo de Scioli a querenos convencer de que esos chicos pueden crecer sin odio, que se vaya a cagar y se corte la otra mano, pedazo de hijo de puta. A veces nos mentimos diciendo que no hacemos mal a nadie porque sólo trabajamos y pagamos nuestros impuestos. Minga. Siempre hacemos daño. Mientras avancemos indiferentes, sin saber muy bien lo que nos rodea, hacemos daño. No nos mintamos más. Por eso, para todos aquellos que me hicieron daño sin querer, hoy aprovecho para mandarlos de nuevo a la concha de su madre; pero también para dejarles esta canción, en la que según parece dos que se querían también se hicieron daño, sin proponérselo.


Y acá la letra, una belleza
Is it getting better, or do you feel the same?
Will it make it easier on you, now you got someone to blame?
You say one love, one life, when it's one need in the night.
One love, we get to share it
Leaves you baby if you don't care for it.

Did I disappoint you or leave a bad taste in your mouth?
You act like you never had love and you want me to go without.
Well, it's too late tonight to drag the past out into the light.
We're one, but we're not the same.
We get to carry each other, carry each other... one

Have you come here for forgiveness,
Have you come to raise the dead
Have you come here to play Jesus to the lepers in your head
Did I ask too much, more than a lot
You gave me nothing, now it's all I got.
We're one, but we're not the same.
Well, we hurt each other, then we do it again.

You say love is a temple, love a higher law
Love is a temple, love the higher law.
You ask me to enter, but then you make me crawl
And I can't be holding on to what you got, when all you got is hurt.

One love, one blood, one life, you got to do what you should.
One life with each other: sisters, brothers.
One life, but we're not the same.
We get to carry each other, carry each other.
One life, one.

Y acá también en español, para los ignorantes que no saben inglés

miércoles, 22 de octubre de 2008

Una marca en la cacha del revólver


La Negra Mónica no era una mina del montón. En el barrio no cualquiera se le acercaba. Era mayor que todos los pibes de la cuadra y, a diferencia de otras minas, de la Negra nadie hablaba como de las otras. Nada de "a esta la chupo toda", o "me la como con dulce de leche", nada de eso. Mónica era una dama. De los chabones más grandes del barrio, pocos eran los que podían chapear con ella. Con cada novio que le veíamos, decíamos: con éste se casa. Porque ella no era de andar con cualquiera. Sin embargo, más tarde o más temprano, la Negra terminaba sola. De todas formas, con semejante mina solo era cuestión de tiempo. "Morocha de labios gruesos por no decirte negra jetona", le largó el tano una vez. Nosotros salimos corriendo porque pensamos que nos iba a rajar una puteada. La Negra se paró, le sonrió con esa sonrisa que podía derretir el Perito Moreno y le explicó al Tano que ésa no era forma de tratar a una mujer. "Tano, acordate, a las mujeres nos gustan los hombres sensibles, que nos entiendan, que nos traten dulcemente. a esos hombres las mujeres entregamos nuestro corazón. Vos sos un lindo pibe, y cuando seas grande vas a ver que si hacés esto que te digo, las minas van a morir por vos." El Tano, todo colorado, le dijo: "gracias Mónica". Ella le dio un beso, revoleó su cabeza llena de rulos y se fue. "Cuando se agachó a darme un beso, le miré las tetas", dijo el Tano como todo comentario. Las tetas de la Negra Mónica eran cosa seria, y no era cuestión de desaprovechar la oportunidad. Y el Tano había aprendido una lección, pero bueno, la carne es débil.
Cuando me fui del barrio la Negra Mónica todavía estaba soltera. Detrás de la búsqueda de ese caballero se le iba la vida. Mientras tanto, cada uno que estaba con ella se encargaba de hacérselo saber a todo el mundo. Claro, era mina para darse dique. Nunca entendí por qué los tipos necesitan contarle a otro cuando están con una mina. Y aunque pude haberlo hecho, siempre me pareció de poco hombre. Y que las minas lo hagan, no sé, allá ellas. Los tipos no deberíamos hacer esa boludez. Ahora tal vez no sea tan grave, pero en una épocaa una piba que simplemente ejercía su libertad saliendo con dos o tres pibes en poco tiempo, tal vez esos comentarios le hacían una fama inmerecida. He conocido pibas que les habían hecho fama de fáciles y qué sé yo, y las minas nada que ver. Ahora eso cambió, pero aun así habría que tener cuidado. Bueno, a la Negra Mónica le pasó un poco eso. Y cuando trascendió que la mina era una dama y todo eso, cada uno que se le acercaba parecía el duque de Edinburgo, pero después que la Negra pasaba por la catrera, todo cambiaba. Se transformaba, como ella me dijo alguna vez, en una marca más en la cacha del revólver.
Como dije, me fui del barrio y por muchos años no la vi. La reencontré tiempo después en una feria artesanal. Algo muy loco. Habían pasado algunos años, yo era un joven inexperto y ella toda una mujer, todavía sola. Casi sin querer me sedujo y terminamos en un telo. Nos vimos varias veces más, pero nunca, nunca, nos dijimos nada de nada. Era un acuerdo tácito que nuestra relación no pasaria de ahí, de esa cama, de ese hotel. Nunca supe por qué. La diferencia de edad, al fin y al cabo, no era tanta; podríamos haber construido alguna relación. Pero no.
Un día, prendió el pucho y me dijo: sabés lo que me pasa? que cuando estoy con vos, siento que estamos los dos solos, y que no vas a ir a contarle a nadie que estuviste con la Negra Mónica. Porque al fin y al cabo lo único que logré estos años es que cada tipo con el que estuve corriera a contarle a sus amigotes. Y yo al tipo que hace eso lo tengo que dejar, entendés? Eso no es de caballero...
Sus ojos llorosos, por primera vez, me delataron su infinita tristeza. Quise ayudarla, meterme más en su vida, pero no me dejó. "No, dulce, me dijo, vos sos esto; es lindo estar juntos, pero así son las cosas". Al poco tiempo dejamos de vernos, tan silenciosamente como nos habíamos encontrado.
Hace unos meses volví al barrio. Me la crucé en una esquina. Nos abrazamos y ahí nomás me llevó a la casa a tomar mate. Después de contarme lo bien que le iba profesionalmente, de contarme chismes del barrio y demás, me dijo: sabés que nunca me arrepentí de no volver a verte? Bueno, Moni –le dije–, pensé que había dejado algo más fuerte en vos... No, no, no te confundas. No me arrepentí pero no por eso, sino porque fuiste sincero, y nunca me lo dijiste pero me quisiste mucho. Siempre pensé que de haber seguido juntos se hubiera roto ese hechizo. Y entonces hoy estoy contenta de guardar ese lindo recuerdo de la relación con vos. No me enamoré de vos y sin embargo sos el hombre que más dulcemente recuerdo. No supe qué decir ante semejante confesión, que además no estaba cargada de ninguna insinuación. Era simplemente lo que ella pensaba.
–Pero Moni, vos seguís siendo hermosa, no te podés resignar a estar sola...
–Puede ser, sí, pero hoy sé que cada vez que estoy con un tipo no soy otra cosa que una marca en su vida. Es como que me resigné a ser eso que te dije una vez: una marca en la cacha del revólver.
Apuré el último mate, la abracé muy fuerte y me despedí. Mientras manejaba hacia mi casa pensé: algo no anda bien en las relaciones humanas.

martes, 21 de octubre de 2008

Hijos de puta




Ya sé, ya sé que son grandes hijos de puta, y que llevan muchos años haciendo lo mismo, pero aun así no me resigno. Mirá qué linda forma de presentar la noticia de una represión a los maestros... Cachos de mierda, no valen una escupida. Un día habría que tirar abajo ese edificio, porque no lo podríamos usar para nada, está todo contaminado de esta mierda que son hace más de 100 años.


viernes, 17 de octubre de 2008

Machos






El otro día, leyendo una muy buena nota de la mujer que me quita el sueño, me puse a pensar. Ella siempre me hace pensar. Y me dije: Peralta, basta de minas, venimos dándoles duro, primero a las, y viendo su hermosa foto (donde está tan bella como siempre), me puse a pensar. histéricas, después a las separadas, que la Coca, que la Negra Pais, y dije: sí, Cristina, amor mío, tenés razón. Basta de fotos tuyas y de todas esas morochas buenas para nada. Vamos a poner fotos de tipos. Resulta que el otro día, en el lugar donde me pagan el sueldo por hacer que trabajo, un tipo piropeó a otro, pero bien, de macho. Y hace poco otro macho irremediable me dijo: qué bien te queda la ropa clara... Loco, qué esta pasando? Nos volvimos todos putos? Una asidua provocadora visitante de este blog, la Adelita, diría que somos todos putos... Pero eso no es cierto. No somos todos putos, pero algunos sí, incluso algunos que no lo saben. Pero el resto, los que estamos entre los machitos, siempre con la servilleta lista para devorarnos cualquier animalito bien asado, incurables cultivadores del saber dar placer, aquellos que tenemos que separar a cachetazos la parva de féminas que nos acosan, también estamos cambiando. Y pienso que no está tan mal. No nos hace menos hombres halagarnos entre nosotros. De todas formas, nunca vamos a llegar tan lejos como las minas, que no sólo dicen: ay, qué bien te queda, sino que de ahí pasan directamente al manoseo, y que sólo cesan cuando descubren nuestros ojos inyectados en sangre, con la mano en la bragueta listos para saltar sobre ellas. Sin llegar a esos extremos creo que podemos decirnos alguna que otra cosa, darnos ánimo. Dale, loco, metele palante que esás hecho una fiera. Esa camisa te queda jamón, qué lindos zapatos... No vamos a ser menos machos por eso, porque los verdaderos machos mostramos nuestra hombría donde hace falta. En fin, todo esto fue porque ella me hizo pensar en eso, y antes de poner una foto de ella, voy a colgar acá dos o tres fotos de tipos que me parecen lindos, a lo macho.
1. El Nano está viejo, sí. Todos estamos más viejos. Pero con el Nano me tomo unos vinos y después si no encontramos nada mejor (que al lado de él va a ser difícil que no encontremos), le digo: dame un beso.

2. A Brad Pitt no le doy un beso, pero lindo guacho, eh, lindo guacho.

3. El viejo Paul Newman. Ya no le puedo dar un beso. Pero me hubiese encantado jugar con él uno partido de billar en "El jugador" o en la segunda parte que hizo con Tom Cruise, que acá llamaron "El color del dinero". Un lindo tipo, gran actor.

4. El hombre del momento. Les-gus-ta-a-to-das. Y, para no quedar mal con ellas, el galán del momento, dueño de una gran sonrisa.

domingo, 12 de octubre de 2008

¿Y esto por qué?

Tenía 28 años, rubia, ojos verdes. Habíamos trabajado juntos dos años y nunca, pero nunca, la vi arreglada. Venía toda despeinada, jeans, alguna remera grande, siempre fumando Particulares, las uñas sin arreglar. Un escracho. Era menos femenina que el Increible Hulk. Cuando una persona es linda, como lo era ella, cualquier retoque le queda bien. Así que bastó que se peinara, se pintara un poco y cambiara su vestuario para quedar bellamente transformada. Por supuesto, se lo hice notar, y su respuesta fue: "me separé". Llevo muchos años trabajando con mujeres, y es notable ver cómo se producen una vez separadas. Ahora bien, vamos a los motivos. Se podría pensar que, una vez separadas, se liberan y, como los indios, se pintan para la guerra. Pero esto, si bien es aplicable en algunos casos, no creo que sea algo general; es decir, si vos querés aprovechar la volada y antes de que algún gavilán se adelante querés darle una probadita a la reciente separada pueden pasar dos cosas: que te mande al carajo o que te utilice para llorar sus penas. Una amiga una vez me dijo que eso lo hacen para disimular la tristeza y la depresión por la separación. Puede ser, pero yo digo: no sería mejor que se arreglaran antes de separarse? Digo, por ahí el tipo se cansó de llegar a la casa y encontrarse siempre con Lita de Lazzari; tal vez no hacía falta esperarlo como Jesica Cirio; pero producite un poquito, nena, qué sé yo, parecete aunque sea a la Negra Ernestina País. Pero antes de que el coro feminista salte descontrolado, les digo: este descuido vale también para los tipos. La única diferencia es que cuando se separan no mejoran, simplemente ya no tienen retorno.

PD: puse la foto de Ernestina porque el culo de la Cirio no entraba en la pantalla

domingo, 5 de octubre de 2008

Coca

–Dale, vení, hoy hay prueba de historia, estamos todos en pelotas, no estudiamos ni media página
–Pero yo me eximo con 4, Fatura, no me hace falta estudiar, para qué me voy a ratear?

–Dale, no seas puto... Mirá que nos vamos al cine a ver a la Coca Sarli, vos la viste?

–No. quién es?

–Una morocha tetona con unas tetas así...

–No sé quién es, Fatura, me voy a comer una falta al pedo


Eramos pendejos, sin guardapolvos pero con útiles por el centro de Avellaneda. Paramos en la puerta del cine, vimos los carteles, seguimos de largo, discutimos la estrategia y después volvimos. "Acá te dejan entrar, no hay drama", dijo Fatura. "Vos porque tenés cara de viejo, Fatu", le dijo el Lobo, con cara de nene y petiso. Al final nos mandamos, el boletero ni nos miró la cara siquiera, si aparentábamos 18 era entre todos, como dijo el Chino una vez en lo de la Gallega, un prostíbulo de Villa Fiorito creo que era. Pero bueno, ésa es otra historia.

Entramos al cine, por supuesto estaba todo oscuro, pero todo oscuro de verdad, se escuchaban voces, música de película, jadeos, pero la imagen no estaba en ningún lado. El piso era de madera, pero de una madera como flotante, por ahí mandabas el paso y te enterrabas medio metro para abajo. Seguía todo oscuro, hasta que después de avanzar varios metros empecé a ver montones de pendejos, todos mirando hacia delante, hasta que caí en la cuenta de que la pantalla estaba a mis espaldas. Ese es el famoso cine Colonial, el único cine –en esa época al menos– que se entra por el lado de la pantalla.

Nos sentamos todos juntos, por supuesto, con lo cual nadie se animó a tocarse así escandalosamente, alguna mano al bulto para evitar que explote, cada tanto, cuando el escote de ese infierno de mujer dejaba ver más de la cuenta. Pero en el resto del cine los pendejos que estaban solos se mandaban tremendas pajas, y hasta ruido hacían los hijos de puta. Lo más interesante de todos quienes alguna vez disfrutamos a la Coca en el cine es que les vimos los pezones mucho después, a principios de los 80, porque les cortaban todas las partes en donde pelaba las gomas, que eran muchas escenas, claro.

Igual, con todo lo demás bastaba.

Hace unos días, escuché por ahí, se cumplieron 50 años de su primera película, El trueno entre las hojas. No sé si será correcto pero me dieron ganas de hacerle un homenaje (uno más) a este monumento de mujer.

Además de la famosa anécdota de "Carne", se cuenta otra, también protagonizada con Romualdo Quiroga. Se trataba de una escena en la que ella debía salir del agua, semidesnuda, el tipo la agarraba, le pegaba dos cachetazos, la tiraba sobre la arena, le chupaba las tetas y la violaba. El tema es que la escena no era creíble (según Armando Bo) y la repitieron una y otra vez. Hasta que ya agotada de tanto maltrato, tirada sobre la arena y con Romualdo Quiroga encima, le dice: "chupe Romualdo, chupe que es trabajo; si no de acá no nos vamos más".

La Coca es ese tipo de mujer que hoy no podría existir, no tendría cabida esa forma de ser. Fue mujer de un solo hombre. Amó a su madre como a nadie y vive rodeada de perros, a quienes ama. Creo que no es consciente de lo que generó en el mundo entero. Y tal vez sea mejor así, se sentiría mal si tomara conciencia de cuántos millones de pajas promovió.