sábado, 26 de septiembre de 2009

Dilema

Hace quinientos millones de años, cuando los dinosaurios dominaban la tierra, tuve una amiguita. Yo le llevaba unos cuantos años, ella era de verdad una pendeja con unos ojos negros increíbles y unas tetas más increíbles todavía. Era de verdad mi amiguita, ni pensaba en otra cosa porque había salido con un amigo mío, y eso la transformaba en intocable. En esa época yo respetaba ciertos códigos, era un pelotudo, bah. Como sea, linda y todo a la morocha no se me ocurría tocarla. Pero ella, pendejita histérica al fin, me jugó una de las trastadas más terribles que haya tenido en mi vida. Paso a contar.
Era su cumpleaños, me dijo que no quería pasarla con nadie, sólo conmigo, y que la llevara a pasear esa noche. Bueno, nos fuimos a tomar algo a un lugar y a ver unos videos. Salimos de ahí y me ofrecí a llevarla a su casa, como caballero que soy. Enfilamos para su barrio cuando nos cruzamos con mi amigo Felipe. Iba acompañado por su hermana y una búlgara, alumna de él en la clase de teatro. Felipe era un hombre de la noche, producto de su trabajo de profesor de teatro, pero yo la estaba acompañando a la nena y me iba para casa. Me dice: vamos a tomar algo? La verdad, la vi a la búlgara tan interesada y borracha que no pude decir que no. La nena se quedó a desgano. Fuimos a un boliche de esos que no cerraban (una especie en extinción) y charlamos animadamente. Yo quedé al lado de la búlgara y la nena enfrente.
Tal vez producto del alcohol o vaya a saber qué carajo estuve ocurrente y vivaz esa noche (no me pasaba muy seguido) y la búlgara se ponía cada vez más confianzuda, se cagaba de risa, me tocaba, me abrazaba, de última ya medio me hablaba cerca del oído. Yo me hacía el boludo porque le había prometido a la nena que la llevaba a la casa, además la noche era para ella, que a esa altura ya estaba con cara de culo.
En el medio de ese candombe, mi amigo me hizo señas y fue para el baño. Lo seguí. Y me dijo:
-qué pasa con la nena?
-nada, es una amiga.
-está rebuena, me dará bola?
-te firmo que no, anda en otra, pero si querés hacerle un tiro por mí está todo bien
-no, no ando para problemas con pendejas... boludo, llevate a la búlgara. Está para cualquier cosa, yo no puedo porque estoy con mi hermana y le va a contar a mi novia.
-de dónde carajo la sacaste?
-vino por unos meses a laburar acá, y como le gusta el teatro se prendió en las clases; en tres meses se garchó a medio taller; boludo, metele, mirá que agarra viaje.

Está demás decir que a mí me salía humo de las orejas mientras maquinaba qué carajo hacer. A esa altura ya estaba decidido a avanzar. Cuando la nena se levantó para ir al baño, crucé mi brazo por el respaldo de la silla de la búlgara y le toqué levemente arriba de la cintura. Ella cruzó su brazo por debajo de sus enormes tetas y su más que generoso escote y me agarró la mano, disimuladamente, porque estaba la hermana de Felipe, que tamopco era boluda. Ya estaba. Era sólo cuestión de meter a la nena en un taxi e irme a la casa de la búlgara. Ya Felipe me había adelantado que vivía sola y que sin drama me llevaba a la casa. Nada de telo ni boludeces por el estilo. Yo estaba descontrolado. A la búlgara la veía cada minuto más buena. Además de las generosas tetas, estaba con minifalda, medias negras; tenía unas gambas que Steffi Graf era un poroto. Igual, en esa época Steffi saltaba de un huevo al otro de papá Graf. Bue, la cuestión que salimos, nos paramos en la esquina a despedirnos, yo al lado de la búlgara, ya marcando la distancia con la nena, como diciéndole: queridita, te quiero mucho, pero vivís cerca y en taxi estás en 5 minutos. Error pensar y no decir. Llegó el momento fatídico: mi amigo Felipe que dice: bueno, nosotros (por él y la hermana) nos vamos para aquel lado, y antes de que yo diga agua va, la nena da dos pasos, me agarra del brazo y me dice: nosotros vamos para Palermo. La búlgara, sin entender demasiado por el pedo que tenía, paró un taxi, se subió y se fue a la mierda. Mi amigo me quería matar a trompadas. No era para menos: la búlgara se tomaba el avión al día siguiente para Bulgaria y nunca más volver. No había segunda oportunidad, la nena histérica me mandó abajo del camión. Esa noche no pude ni hablar, la dejé en la casa y me fui. Cuando se lo reproché puso cara de no entender, y me dijo: vos estabas conmigo. Desde hace años me persigue ese dilema: me comporté como un buen amigo o como un pelotudo? Por supuesto, ya lo tengo resuelto, y se imaginarán la respuesta. Pero dejo que los visitantes del blog hagan su aporte.

En la foto, tres búlgaras: las hermanas Katerina, Manuela y Magdalena Maleeva, todas tenistas. Mi búlgara estaba mejor que las tres juntas.

18 comentarios:

ani. dijo...

cómo anda, peralta? mire, su amiguita, amén de que se ve que estaba medio caliente con usted y le histeriqueaba (se acuerda cuando esta palabra no existía?)no era amiga, en realidad. Salvo que fuera muy boluda, tenía que haberse dado cuenta y dejarlo ir con la búlgara. Puso cara de no entender de guacha nomás. Creo que estoy de acuerdo con su respuesta, jeje, con amigas así...
que ande bien

El Doc 9 dijo...

Las minas son celosas entre si; suted habra aprendido la lesión Peralta, seguro que esa noche se habra consolado con una mano de las que no faltan, abrazo Puteador y estan buenas las bulgaras

Anónimo dijo...

que mina hi..........uta!!!

lo hizo a proposito, la yegua.

Ajenjo dijo...

Mire, una amigao o amiga de verdad nunca le escupen el asado, así que la nena no era una amiga, era flor de turra. Digame que en algún momento le entró como san martín al sable, aunque sea para desquitarse de la búlgara.

Peralta dijo...

Ani, qué gusto verla!! Gracias por pasarse, le debo una visita. Doc, eso de aprender la lección, en fin, ya sabe eso de tropezar con la misma piedra; anónimo, la nena no era mala, era un poquito histérica; ajenjo, es cierto, no era una graaaan amiga, pero tampoco era una turra, oiga

Samurai Jack dijo...

pero le entraste o no?

Peralta dijo...

a tu hermana le entré

wholeeofer dijo...

opción b

made atom dijo...

a) La histérica estaba con Ud, Peralta.

b) Las búlgaras, después de las serbias, deben ser las minas más lindas de Europa.

Saludos.


Damian Ivanoff (apellido búlgaro, a todo esto)

Arqueros Sin Manos dijo...

Su amiga no era tan amiga de Ud. Pero Ud. tampoco era tan amigo de su amiga, Peralta. No se haga el gil. Insistimos: diga la verdad, Peralta. Si Ud. hubiese estado convencido de que entre Ud. y su amiga había una genuina amistad, habría procedido con ella del mismo modo en que procedió con su amigo: blanqueando rápidamente la situación. "Mirá, amiga -le habría dicho, por ejemplo-, me quiero coger a la búlgara. Tu cumpleaños lo festejamos otro día, ¿dále?". Entonces, ella habría accedido o, caso contrario, puesto en claro que Ud. y ella parecían amigos, pero no lo eran. Pero -insistimos-, Ud. no era tan amigo de su amiga. Ud. quería, sí, cepillarse a la búlgara ésa; pero sin ceder la eventual posibilidad futura de alguna vez rasparle el ossobuco a su "amiga", que era algo que Ud. también quería. Digamos que en vez de ir a lo seguro con un negocio, se la jugó a salir ganando en los dos. Y le salió mal. No tiene nada de malo. Se gana y se pierde, Peralta, y en general se pierde. Por otro lado está la actitud y el modo en que se manejó su amiga, pero esto sería materia de otro análisis. Estamos hablando de Ud., no de su amiga.

Peralta dijo...

Gitano Ivanoff, la histérica no estaba con nadie, sólo con ella. Amigo sin manos, puede que haya algo de lo que usted dice, no lo había pensado, pero creo que ese comentario "me quiero coger a la búlgara" no se lo habría hecho ni a mi amiga más horrible. No es de caballeros eso

Deb dijo...

Arquero sin Manos tiene toda la razón!!!
Los hombres nunca dan puntada sin dedal....

sol dijo...

coincidiendo con arquero sin manos, y superándolo le digo Peralta...no se juega a dos puntas eso siempre sale mal.
Y al igual que lo que a usted le pasó se queda con lo peor... es más se queda sin elegir!!!
espero que la experiencia le haya servido para el resto de su vida.
jugar a dos puntas siempre es perder.

Peralta dijo...

A ver si dejamos algo en claro: la nena estaba para partirla al medio, sí, pero para mí era intocable, ya lo expliqué. Esa noche me interesaba sólo la búlgara, si la nena me hubiese interesado no me iba a tomar algo con mi amigo, su hermana y la búlgara, le hubiera dicho a la nena vamos al telo. Para Deb, el rincondelafeminista.blogspot.com está cerrado; pero le recomiendo otro: loshombresmehanhechomal.blogspot.com, ese funciona siempre; Sol, largue el vermú que les está anquilosando el cerebro. El catolicismo fue. Como dice arquero sin manos, se gana y se pierde; pero es eso, se gana y se pierde, no siempre se pierde. Todo el tiempo jugamos a dos y más puntas, en cada cosa qué hacemos, de qué carajo me está hablando.

Aguilucho dijo...

Tiene razón el arquero. Si era tu amiga le decías "me parece que la Búlgara tiene onda conmigo". Si era tu amiga, te iba a entender, y capaz que a ayudar también. Pero vos no querías que esa "amistad" con la nena derivara en que te tratara como un hermano, entonces no podías decirle nada, porque le querías dar.
Tendrías que haberle pedido un pete rapidito a la búlgara mientras la nena estaba en el baño. Y después le declarabas tu amor a la nena esa misma noche.
Esa hubiera sido la historia del verdadero macho argentino, no esta historia de timorato que acabás de publicar. Si me decían que esto le pasó a De la Rúa, yo lo creía.

Peralta dijo...

Bueno, nunca dije que me enorgulleciera de esta historia, es más, ni siquiera defiendo lo que hice. Pero conformarse con un pete de la búlgara, era como ir a un asado y comer sólo ensalada. Había que jugar a todo o nada, fue nada, como dice arquero sin manos

Unknown dijo...

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Anónimo dijo...

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