lunes, 24 de noviembre de 2008

Turca


Ésta es una historia para hombres, pero las mujeres, si quieren, pueden seguir leyendo. Es una parte de la vida de María, la dueña de la mejor paja turca que he conocido. Paso a explicar la técnica, por si alguna quiere hacerle pasar un buen rato al marido, novio o amante. María no se tiraba arriba del tipo, ni le franeleaba las tetas, ni se las agarraba con las dos manos, por los costados. No, nada de eso. Ella se arrodillaba al borde de la cama, hacía el trabajo manual u oral de rigor (en caso de ser necesario, claro) y luego rodeaba el miembro con esas dos bellezas que Dios le había dado y procedía al movimiento. Lo bueno de María, para mí en ese momento algo novedoso, es que no usaba las dos manos para hacer el movimiento con sus pechos, sino que abrazaba las gomas y dentro de ellas al amigo feliz. Bueno, no cueto más porque no quiero que me prohíba el Comfer y porque no quiero ser tan guarango. Pero les puedo asegurar que era algo increíble, y manejaba el ritmo que uno le pidiera. Una maravilla. Pero lo que quiero contar de María no es su paja turca sino otra cosa. Por lo poco o mucho que pude conocer sobre el tema, he llegado a la conclusión de que esas prostitutas, las de antes (no sé ahora), se volcaban a ese laburo por una razón muy fuerte. Algo en la vida las había marcado. Claro que en la superficie está el tema de la guita y mantener a los hijos o a un cafiolo, pero en el fondo hay una historia de amor inconclusa, un abandono, un fracaso, una muerte... Una vez, en esos encuentros en los que yo no pagaba y con María queríamos arreglarnos la vida mutuamente, me lo contó:
–Y vos, por qué no te buscás una novia y te dejás de joder con las putas?
–Qué sé yo, María, todavía ninguna me movió el piso.
–Boludo, enamorate, haceme caso. Sufrís un poco pero la pasás bien.
–Y vos me lo decís, que puteás a todos los tipos con los que te encamás, porque te dan asco?
–Pero éste es un laburo, pibe, y cada tanto encuentro algún gil como vos y la paso bien.
–Sí, pero vos todavía sos joven, te podés enamorar.
–Lo mío ya fue, ahora tengo que criar a mis hijos y cuidar que no les falte nada.
–Pero por qué te das por vencida? No te podés volver a enamorar?
–Cuando uno mata lo que ama, no puede volver a amar, sabés? Y yo a mi amor lo maté.
–Cómo que lo mataste?
–Sí, al padre de mis hijos, lo maté.
–...
(María se tapó con la sábana hasta el cuello, prendió un cigarrillo, me miró con los ojos llorosos y siguió.)
–Fue un accidente. Él era policía y siempre me decía que no joda con las armas, que las armas las carga el diablo y todas esas boludeces que siempre se dicen. Una noche, con los chicos ya dormidos, nos tomamos unos vinos, nos echamos un polvo y nos pusimos a joder. Nos llevábamos bien, nos queriamos mucho. Y él me consentía todo, me llevaba unos años y era como su malcriada, su nena. Toda su firmeza de milico la dejaba cuando entraba a casa. Era un buen padre y un buen marido. Joda va, joda viene, yo pelotuda siempre jodía con lo mismo, la pistola. Entonces me dijo: María, con las armas no se jode, vos ni siquiera sabes cómo se maneja, así que te voy a enseñar para que tengas cuidado y no hagas boludeces. Asi se perdió 10 o 15 minutos explicándome cómo funciona un arma, cómo desarmarla y descargarla. En el teje y maneje, después de manipularla tanto, no sé qué pasó. Pero yo pensé que la pistola estaba descargada y no era así. Cuando la agarré para desarmarla y hacer lo que él me dijo, se me disparó. El tiro le dio en el medio del pecho, no se pudo hacer nada, murió casi enseguida.
María pegó otra pitada, apagó el cigarrillo y me dijo: "bueno, vamos". Nos vestimos sin decir una palabra, en la puerta del telo nos besamos y quedamos en vernos. Cuando volví por el peringundín ya no estaba. Nunca más la volví a ver.

9 comentarios:

El Doc 9 dijo...

un relato que comenzo caliente y termino my duro Peralta; porque mierda hace eso; me he emocinado, si se puede decir esa la palabra correcta. Saliendo del tema; nunca supe porque se le dice "turca", pero tuve una novia entrerriana, que bueno... aguante Entre Ríos carajo¡¡

Peralta dijo...

Pero doc, llora por todo!! no será medio puto usted?

Aguilucho dijo...

La segunda parte completamente descartable.
Y en la primera debería explayarse más. No terminé de entender.
¿Usted dice que "su amigo" va en el medio de las tetas y nadie agarra esas tetas para hacer presión sobre "su amigo"?

Anónimo dijo...

Aguilucho, usted es boludo o se hace? La mina rodeaba con un brazo, con UN brazo, las dos gomas, y hacía el movimiento. Ella arrodillada al borde de la cama y el tipo acostado en la cama. Mire, un día le enseño, pero usted como no tiene tetas todavía use la boca, total entre amigos no es relación homosexual, es amistad.

El Doc 9 dijo...

Sou un poco sensible Peralta; puto aùn, me gusta las mujeres, dicen que macho es el que probò y regresò; usted es una cajita de sorpresas con sus historias; abrazo puteador y bien del orto

anonimabap dijo...

Si hubiera por aquí algún lacaniano reventado, diría que la señora aprendió que usar las manos para tomar la pistola puede ser peligroso. Pero como no es mi caso, yo me limito a tomar nota del procedimiento. Después le cuento cómo me fue Peralta.

Anónimo dijo...

Bueno condesa, pero no deje rastros, eh

B-K dijo...

tengo que preguntar. Es posta la historia?

Anónimo dijo...

B-K es recontra posta, pero no haga la denuncia, eh