Muertes absurdas

Tengo los huevos al plato, pero al recontra plato, de los muertos en el fútbol. Es más, tengo las bolas recontra llenas del fútbol mismo, de toda la mierda infinita que rodea a este negocio. Estoy remil podrido de los periodistas deportivos, en especial de los que están en televisión, de la mayoría, hasta de los que parecen o son buena gente. Les importa un reverendo carajo todo, pero todo. Yo ya venía mal parido desde que una bengala mató a Basile en la cancha de Boca. Digo, el fútbol no es esto, qué carajo está pasando. Dejé de ir a la cancha pocos meses después de esa muerte. Como egoísta pequeño burgués de mierda que soy, no me bastó la muerte de Basile, sino que sólo dejé de ir cuando una multitud me bajó casi en andas los tres pisos de la cancha de Boca. Y no era por festejar un gol, ni nada, todos corrían porque atrás la cana venía revoleando palazos andá a saber por qué motivo. Desde ahí se sucedieron los muertos en el fútbol. Se sabe que ir a la cancha de San Lorenzo es prácticamente suicida, un día se vio por televisión cómo mataron a un hincha de Huracán y la cosa siguió como si nada. Los jugadores se hacen los doloridos, pero son la peor mierda, es más, son después de los dirigentes quienes más se favorecen con este negocio que algunos quieren llamar deporte. Yo creo que el verdadero hincha de fútbol tendría que dejar de ir a la cancha, tendría que dejar de apoyar esta mierda. Yo no soy más hincha de fútbol, me chupa un verdadero huevo quién gane o pierda, tengo mis colores porque los llevo desde la cuna, pero eran otra cosa, no esta zaranda que tenemos ahora. No esta garcha que nos quieren vender. Mi viejo me hizo hincha y admirador del buen fútbol. A mí no me lo contó nadie, yo vi por televisión, hasta no hace mucho, cuando un jugador convertía un penal en gol y no lo festejaba. Se daba vuelta y se iba al trotecito al medio de la cancha. A ningún compañero se le ocurría ir a felicitarlo por lo bien que había pateado el penal (!). Ninguno iba con tanta mala leche a una pelota como para quebrar de la forma que vimos hace poco le partieron el tobillo a un jugador brasileño. Si eso llegaba a pasar, de casualidad, el tipo que lo había quebrado se retiraba de por vida, se internaba o directamente se presentaba en la comisaría y se declaraba culpable. Ahora le llaman "huevo". Déjenme de joder, manga de maricones, putos, chupadores de verga, mal cogidos, culos sucios, cobardes. Porque eso son esos que se llaman hinchas, soretes cobardes. Hacen el aguante... déjenme de joder, lo único que pueden aguantar es la garcha en el orto, putos. Los hinchas de fútbol me dan vergüenza ajena. Tipos de más de 30 "aguantando los trapos", pero por favor... andá a echarte un polvo con tu jermu que te debe estar haciendo los cuernos más grandes que un cebú, boludo. Basta, loco, no avalemos esto, volvamos al amateurismo, que este negocio lo banquen únicamente los interesados. Si nadie más va a la cancha ni los ve por televisión, lo único que va a quedar son unos cuantos cientos de boludos que venden merca en la tribuna, cien periodistas y los jugadores, nada más. Que se metan el negocio en el orto. Y los que amamos el fútbol volvamos a las fuentes, hagámonos hinchas de clubes de barrio, de la D, del Regional, hay que empezar de nuevo. Que se vayan todos a la reputa madre que los re mil parió.