viernes, 13 de junio de 2008

En una época tendía a pensar que el diario La Nación era el mejor diario argentino. No por su postura ideológica, claro, sino porque estaba bien escrito y daba las informaciones de manera "objetiva". Claro, después alguien me vacunó contra ese flagelo de la objetividad y comencé a darme cuenta de cómo venía la mano. Ya sé que soy lento. Uno hace lo que puede, che. Bueno, el tema es que la semana pasada, cuando la Cris (hermosa, cosita de papá)




















habló en la cumbre de la FAO, en Roma, les puso los puntos a unos cuantos pelotudos con el tema alimentos, y concretamente les pegó a los pools de siembra. Resulta que al día siguiente en La Nación podías leer en tapa algo así como "La Presidenta criticó a los pools de siembra en la ONU", pero ya adentro el título era "Cristina cuestionó al campo en la ONU". Ya se les fue la objetividad a la mierda. Ya no eran los pools de siembra sino el campo, para no hablar de los editoriales que criticaban la posición argentina. Pero bueno, esta mierda de los Mitre ya nos tiene acostumbrados.
Pero esta semana vuelven a tergiversar la información en su cómica sección "Los intelectuales del mundo y La Nación". Algún pelotudo, como Finkielkraut, ya pasó por este humilde blog. Ahora le toca el turno a Jesús María Silveyra. Pero resulta que este tipo pintaba feo desde el título y, si bien es un chupacirios, al final no es tan malo lo que dice. Veamos cómo tergiversa La Nación.
















Arranca la entrevista con el título "La relación entre Iglesia y Estado pasa por su peor momento". Luego, en el texto, dice que lo atribuye a "el fanatismo de quienes nos gobiernan, que tienen su corazón cerrado a toda posibilidad de diálogo". No aclara dónde pasa esto, ni cómo, y dado el kilombo que tienen Iglesia y Gobierno en este país, yo asumí que hablaba de la Argentina. Sabido es que la Iglesia quiere ser mantenida por el Estado, y en realidad lo es, y hasta que no llegás al final del reportaje no te enterás lo que realmente opina Silveyra: "Debe haber una clara separación entre Iglesia y Estado, sin que esto implique desconocer las raíces culturales de un país". Y aun más: "sin duda, la Argentina es un ejemplo (de convivencia interreligiosa)" y que a decir verdad "no enfrenta mayores conflictos religiosos". Es decir, el tipo no es Carlos Marx, está claro, pero se podría decir que no tiene una postura jodida respecto de la relación Iglesia y Estado. Lo quen él dice lo podría sostener y los sostienen los católicos bien pensantes y de buena leche. Sin embargo, La Nación editó el reportaje de manera tal que parecía crítico al Gobierno y a la vez forro de los intereses de la jerarquía eclesiástica. Ya sé que es más de lo mismo, pero quería cagarme una vez más en estos canallas hijos de una yegua con el culo más roto que Gaby Alvarez.

5 comentarios:

ani. dijo...

Eseleeente su puteada del día, peralta. Comparto, comparto. Pero mire que todos los otros pasquines son más de lo mismo, eeh.
Ninguno merece las monedas (ya no son monedas) que les pagamos.
Ni los nuevos y supuestamente progres.

Profe Svarch dijo...

Lo del culo roto de Gaby Álvarez es todavía peor de lo que parece, Peralta.

Le tiro el chivito:

http://teoriasdelprofe.blogspot.com/2008/05/negocio-tumbero.html

Anónimo dijo...

Oiga, lo que puso en su blog es un asco, viejo. Voy a seguir pasando por su blog, amigo, porque sé que tiene otras cosas, pero lo de Alvarez es vomitivo.

Anónimo dijo...

Che, no se te entendió un soto lo de la objetividad, La Nación, la Iglesia y no sé que forrada... Por qué no dedica un opúsculo a esa pobre mujer electa en octubre cuyo marido golpeador no la deja gobernar y la tiene cagando... Digo, para no avalar otro caso de violencia doméstica, ¿no?

el ojo con dientes dijo...

bueno, es increíble cómo han operado los mediso en este conflicto. han sido una verdadera Cadena Nacional privada. Felicitaciones por el blog.