lunes, 1 de septiembre de 2008

Tengo un puto en la terraza

He hablado y otros han hablado en este foro sobre mi barrio, allá en el lejano sur del conurbano. Los arqueros sin manos han exagerado quizá algunos comentarios, así que por eso voy a contar aquí una anécdota para que no sea crea que allá éramos todos salvajes. A la vuelta de mi casa vivía, por decir un nombre, José, un tipo poco afecto a la diplomacia y bastante primitivo. Al lado vivía otro pibito, un chico tiernito, con buenas intenciones pero falto de carácter, se llamaba Serafín. Cuando a José, ya entrado en la preadolescencia, se le paraba la garcha, recurría a su vecinito Serafín para que le tirara la goma, actividad que hacían en la terraza de uno de ellos. Dos o otres veces por semana subía Serafín a cumplir con ese penoso menester, hasta que fue creciendo y se retobó. Dejó de subir a la terraza y mi vecino José tuvo que recurrir a la paja, en esa época mal mirada por la mayoría de los adultos, que te decían cosas tales como que el exceso de masturbación te dejaba tarado o, en el mejor de los casos, te crecían pelos en las manos. Para José era humilllante tener que consolarse él mismo, así que se decidió a obligar a Serafín a que vuelva a tirarle la goma. Así fue que desde el mismo lugar de aquellos encuentros, la terraza, José esperó a Serafín con una soga; cuando éste alegremente salió a la calle para hacer algo que le había encargado la madre, José lo enlazó y lo colgó; mientras lo tenía medio ahorcado, le decía que tenía que volver a tirarle la goma. Serafín no tuvo otra que aceptar y, entre sollozos, subió a la terraza. No se puede culpar a José de la supuesta putez de este pibito, porque ya en la escuela Serafín gustaba de sentarse arriba de algunos compañeritos para que le apoyaran el ganso. De ahí a transformarte casi en la esposa de tu vecino hay un gran trecho, pero a José no le importaba. José, justo es decirlo, para esa época ya había incursionado por el culo de algunos perros del barrio. Era más bien calentón, digamos. Serafín, con varios metros de pija de José deglutidos, al poco tiempo se mudó del barrio. Ya se había corrido la voz y los más osados le prestaban la bicicleta a cambio de alguna chupadita. En fin, hasta donde sé, José siguió su vida como heterosexual, tal vez Serafín también, no sé. De todas formas, siempre me pareció injusto que Serafín haya tenido que pasar por esas experiencias en su niñez y pre-adolescencia. Hay métodos mucho más refinados para comérsela. Les dejo el video de Todo x 2 pesos

4 comentarios:

Aguilucho dijo...

éstas son las historias que revitalizan al blog, las de pibes y perros garchados.
lo demás es para la gilada.

ani. dijo...

estemmm... iluminemé, peralta. Me ha desorientado. Esto es lo que es o es lo que creo ver?
Y sí, desde ya que hay métodos mucho más refinados para comérsela. Nuestros dirigentes han perfeccionado algunos hasta el límite, y aún así, seguimos deglutiendo.

El Doc 9 dijo...

en lo personal usted a veces abre la cabeza Peralta; entre otras cosas por descubrir y relacionar con su materia a estos videos y estos personajes que no haba descubierto. abrazo puteador

La condesa sangrienta dijo...

Más pior que un puto en la terraza, es tener un puto en el cuarto trasero Peralta.