lunes, 29 de septiembre de 2008

Histéricas y querendonas


Los hombres somos seres más bien simples, muchas veces primitivos, que la sabiduria femenina define con pocas palabras: "los hombres sólo quieren ponerla". Esta definición general se aplica a todo hombre que se precie, y nos diferencian apenas algunos matices, que tienen que ver sobre todo con la estrategia para conseguir el fin último que rige nuestras vidas. (Para más información leer a Alejandro Dolina.)
En cambio las mujeres tienen varias categorías. Y quiero referirme aquí, hoy, a sólo dos de ellas: las histéricas y las querendonas. Motiva este post una historia que me contaron de un pueblo de la provincia de Buenos Aires.
En ese pueblo, una chica de unos 30 años está preocupada porque descubrió que su madre (seguro más de 60) fue toda su vida infiel a quien ella y sus hermanos consideran "el papá". Resulta que este buen hombre vivía en el campo de lunes a viernes, y sólo aportaba por el rancho familiar los fines de semana. Pero resulta que de lunes a viernes la doña metía tipos por la ventana de la casa. (Vale aclarar, para quienes no conocen, que en el interior todavía las rejas en ventanas y puertas son una rareza.) Los tipos, una vez consumado el acto con la doña querendona, salían por el mismo lugar que entraban, es decir, la ventana. Esta chica, hoy de 30 años, recuerda que esta situación se daba desde que ella era muy pequeña. Lo impresionante del caso es que esto sigue ocurriendo aun hoy. Un caso la querendona sesentona.
Pero para que vean lo que son las minas. De los muchos hermanos, casi todas las mujeres quieren hacerse el ADN para ver quién es el padre, a los varones les da lo mismo. Ellos creen que su padre es ese que llaman papá, y están de acuerdo en que siga así. Ellas no, quieren saber más, no se conforman. Pero ésa es otra historia. Lo que quería resaltar de este hecho es a la doña querendona, una valiente que en ese pueblo tan pequeño debe estar marcada como la más puta entre las putas. No la conozco, pero ya la admiro. La mina atiende los tipos por la ventana, los despacha por el mismo lugar y se caga soberanamente en el qué dirán.
En mi barrio había otra querendona. Una señora con marido y dos hijos ya grandes, jóvenes de más de 20 años, que andaban de rateritos por el barrio. La señora solía limpiar por horas en algunas casas, y si te tenía a mano te mandaba una soplada de caño o lo que le pidieras. Y no distinguía entre jóvenes o viejos, eh; si estaba el señor de la casa o el pibe que venía de jugar al fóbal, daba lo mismo para ella. Pero un día se enamoró, pobrecita. Y no del marido, claro. Entonces se llevó a su amante a vivir con ella, el marido y los dos hijos. El amante dormía con ellos en el dormitorio matrimonial. Por lo general cogían a la mañana, pero si se daba la ocasión y el marido se dormía temprano, él se pasaba de cama, y así de costadito, sin moverse demasiado, se mandaban un tirito. La querendona 2, de allá de mi barrio, no era linda, para nada; pero era querible. Y sí, querendona.
En el otro extremo se ubican el terror de los hombres: las histéricas. Los tipos solemos ver este tipo de especímenes en cada material femenino que se nos cruza. Y, por supuesto, cualquier caída de ojos, cualquier sonrisa, nos pone a punto para caer en sus redes. "Ay, no, qué entendiste? cualquiera!!! estoy casada hace 10 años, y estoy muy bien, me caés bien pero nada más".
La ductilidad femenina hace que una misma mina pueda pasar por las dos etapas con años o apenas meses de diferencia. Algunas teorías sostienen que la mujer es naturalmente histérica y que sólo pasa a otros estadios una vez que le rompieron bien el orto. Yo no adhiero a esa teoría. Pero no la combato.
La verdad, y aquí el inicio de la polémica, hoy en mi vida, entre unas y otras me quedo con las histéricas. Cuando uno es joven y con tal de ponerla le da lo mismo un hormiguero que el culo de mi tía Francisca, las querendonas son necesarias. Tienen que estar, si no moriríamos de calentura.
Pero con los años vas aprendiendo (y sobre todo cuando la erección en lugar de una hora te dura 15 minutos) que las histéricas tienen un plus. Les gusta jugar. Juegan con vos como el gato con el ratón, te envuelven, te seducen, te manejan. Pero como eso no es fácil de lograr, tienen que apelar a su dulzura, su encanto, su simpatía, cuando no directamente a sus atributos físicos para tenerte calentito. Y yo, muchachos, hoy en día prefiero que una mujer me sonría antes que me diga, con voz de Adriana Varela, "sacala que te la chupo".

16 comentarios:

renegado dijo...

La mandó de una Peralta, y sin ninguna puteada, no lo puedo creer.
Me hizo acordar a las andanzas de un gallego venido con su hermano, a hacerse la américa por lo cual se rompieron el culo, y también en un pueblo de la provincia de bsAs. A mi ascendiente no le bastaba con su muy jóven mujer italiana, devenida luego en mi abuela; saltaba la ventana de vez en cuando, le daba una visita a su cuñada. No contaba el peninsular que un salto le saldría varón, anotado después como su único sobrino. Querendona, histérica?, no se sabrá nunca. Y no es cuestión de escarbar mucho, a ver si se piensa todavía, que mi abuela era una puta.

Ajenjo dijo...

Vea, coincido con usted. Necesito que una mina me seduzca, juegue, me envuelva y me envenene con su perfume. Además, ni con la voz de adriana varela, ni con la voz de nora briozzo, el Sacala que te la chupo calienta menos que una chancleta vieja.

made atom dijo...

Peralta, usted es masoquista. Por culpa de las malcojidas histéricas este mundo anda como anda. Y váyase a la puta que lo parió de paso!

Anónimo dijo...

no es la primera vez que entro a este blog, leo... releo los comentarios, me río, los mando a la mierda más de una vez a unos u otros, nunca me tenté a escribir...hoy es imposible no hacerlo.
qué rara es la relación entre humanos!
pero quedarse con la histérica... porque la histérica es esa que las más de las veces te calienta y te deja caliente y no coge...
quedarse con la histérica es un riesgo, hágame caso es un gran riesgo!!!

El Doc 9 dijo...

cuanta razon Peralta, y en todo, incluso en citar al maestro Dolina, y sumo dos frases de él emblemáticas: "Prefieron compartir la derrota con amigos que el triunfo con extraños" y "cada mujer que se nos cruza sin detenerse, es una historia de amor que nunca se concretara"., puta che, se me cayo un lagrimón, abrazo Peralta

Aguilucho dijo...

Hay dos tipos de mujeres:
Las putas: Son las que cogen con todos.
Las hijas de puta: son las que cogen con todos, menos con uno.

Anónimo dijo...

Aguilucho, usted que seguro debe tenerlo clarísimo, ¿es cierto que los mamuts se extinguieron en el período de las glaciaciones? Siempre quise despejar esa duda, aprovecho esta oportunidad para hacerlo con alguien que debe saberlo de primera mano.

Anónimo dijo...

gracias aguilucho, imposible encontrar una definición de histérica mejor que esaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Una lectora del blog me aclaraba vía mail que existe una confusión, que se desprende de algún comentario. Ella dice que las histéricas son las "calienta pavas" o calienta braguetas, pero que ni ahí pasan a una siguiente etapa. Creo que por ahí el comentario de ajenjo mueve a confusión, porque a todos nos gusta lo que le gusta a él; pero ésas no son histéricas, son seductoras. Las histéricas son las más seductoras, pero no todas las seductoras son histéricas, se entiende? Igual, no sé para qué le damos tanta vueltas si el aguilucho lo explicó clarito clarito

El Doc 9 dijo...

excelente la definicion de Aguilicho, excelente. abrazo puteador para usted Peralta

Anónimo dijo...

la concha de tu madre peralta, no puteaste en todo el posta. Putea puto!

La Adelita dijo...

óraleeeee! Aunque éste parece un "debate" solo de cuates, me quedé pensando en la definición del aguilucho, tan celebrada... y a riesgo de meterme en espesuras ¿Y la que calienta - a veces sin proponérselo (bien lo dijo ya el anfitrión los hombres son simples, solo quieren ponerla, lo cual los predispone a la confusión)- e igual es selectiva, no coge con todos, solo con un par o con ninguno en un momento dado, porque antes la muestra, prefiere esperar?
¿Esa qué es?

Anónimo dijo...

Ay adelita, siempre tan provocadora... usted misma se está contestando la pregunta. "Y la que calienta –a veces sin proponérselo– e igual es selectiva, no coge con todos, porque ante la muestra prefiere esperar? Esa qué es?" Hay que contestar, realmente, esta pregunta? Toda la segunda parte está muy bien: es selectiva, elige con quién estar, espera porque nada la convence, genial, diez puntos, el problema está en el inicio de la pregunta: "Y la que calienta aun sin proponérselo". Entonces, yo pregunto: si es selectiva y todo eso, como menciona bien adelita, para qué carajo calienta? Digo, ya que tiene la suerte de ser selectiva, que primero elija y después caliente, para qué calentar y después elegir, no? Y aunque no se lo proponga, como dice, el inconsciente también actúa, y es mayor de edad, así que eso de "fue sin querer queriendo", como dice su coterráneo el Chavo, no corre en el mundo adulto. Aun así, adelita, era sólo para aclarar el punto, ya dije que estoy a favor de las histéricas, toda la vida.

BarbiSch dijo...

EA EA!
"...La ductilidad femenina hace que una misma mina pueda pasar por las dos etapas con años o apenas meses de diferencia. Algunas teorías sostienen que la mujer es naturalmente histérica y que sólo pasa a otros estadios una vez que le rompieron bien el orto. Yo no adhiero a esa teoría. Pero no la combato..."

Si fueramos histéricas por naturaleza, tendrían que vivir llevandonos en sillas de ruedas y les sería más fácil engañarnos.
Freud!

anonimabap dijo...

Veo que el debate viene medio cerrado ya y en tal caso a favor de la definición del tal Aguilucho. Si se me permite, les dejo mi opinión. La histérica básicamente es una mina insegura que necesita la confirmación del otro de manera constante. Si se deja o no, realmente no cuenta, en verdad su objetivo es sentir el poder de seducir y retener la atención del tipo que sea. Vive de supuestos, de fantasías. Nada de concretar, va en contra de su naturaleza, del espacio transicional de juego en el que todo es posible sin serlo.
Se sorprendería Peralta, de cuántos hombres cumplen también con estos requisitos.
UN saludo. Muy bueno lo suyo.

Anónimo dijo...

Gracias por desasnarnos, condesa. No me cabe duda de que muchos hombres cumplen con esos requisitos. Saludos